Llevar desde los 13 años inmersa en su carrera profesional ha dado las tablas suficientes a Ana Belén para poder hacer frente a todo lo que se le venga por delante. Seis décadas en las que ha trabajado de forma casi ininterrumpida y en las que se ha mantenido fiel a sí misma y a sus ideales, sin permitir que la industria moldeara su forma de ser ni su manera de entender el arte.
A lo largo de estos años, la artista y su marido, Víctor Manuel, no solo han destacado por su talento, sino también por su compromiso con las causas sociales y políticas que consideran justas. Un posicionamiento que ha sido aplaudido, pero que también ha generado mucha controversia, causándoles consecuencias en su vida.
Ana Belén y Víctor Manuel
“Siempre hicimos lo que sentimos, sin pensar en que eso nos iba a restar trabajo”, reconoció en una reciente entrevista para la revista Elle, donde hizo un repaso a su extensa trayectoria. Y es que tiene claro que su generación ha tenido un papel importante en la sociedad, al haber vivido algunos de los episodios más oscuros de España en las últimas décadas.
“Hubo momentos complicados, claro. Nos pusieron dos bombas en nuestra casa porque la ultraderecha campaba a sus anchas”, recordó, hablando de uno de los momentos más complicados de su vida. En ese entonces, instalaron dos artefactos en su domicilio situado en Torrelodones mientras ellos estaban de viaje en La Habana después del posicionamiento de ambos: empezaron a militar en el Partido Comunista Español a mediados de los 70.
Ana Belén y Víctor Manuel
Una lucha por sus ideales que no dejaron a un lado en ningún momento, pese a que tuvieron que tomar decisiones importantes para salvaguardar su propia integridad y la de su familia. Tanto es así, que Víctor Manuel desveló que decidió apartarse del partido cuando nació su hijo David y se dio cuenta de que quería disfrutar de su vida junto a él.
Sin embargo, ambos tienen claro que nada se consigue sin luchar. Por lo que Ana Belén, a sus 74 años, continúa alzando la voz por las causas que considera oportunas. “No entiendo cómo se ha llegado a esto ni cómo existe tanta maldad. (...) No podemos cerrar los ojos al horror. Hemos perdido la memoria y no entendemos que en ella está la clave para todo”, señaló en la citada entrevista.
