Ríe mucho. Su apellido advierte. A Nacho Alegre nada le importa demasiado. Solo lo justo como para hacer de un fanzine una de las revistas más influyentes de la última década, Apartamento, y terminar por dirigir creativamente el estudio de diseño BD. Algo iconoclasta, enfant terrible por antonomasia, ha logrado reunir en su hogar los elementos necesarios para prescindir del amparo rígido del apego. Tras años como fotógrafo de renombre, se encuentra como en casa fuera de foco, en la luz propia del rebelde inalterable.
Su apellido advierte, alegre en verso. Su comedor prescinde de sofás y pantallas con una colección de arte muy personal...
Su hogar está en el centro. No solo en el emocional, también en el urbano de Barcelona. Alta carga de diseño mediterráneo, con incursiones escandinavas y con gran intervención de la corriente estética de sus hijos: una gran casa de madera en su salón en la que juegan. Sin pintar eso sí. Un ejercicio de síntesis. En el centro de su vida, su casa y sus hijos, comulga la idea del espacio. Ese que para Nacho no es más que una prolongación de la voz interna. Resultando la decoración gestos de nuestro ser. Nada que no pueda mutar o de, llegados a cierto punto, no se pueda prescindir. Por aquello de ser algo fútiles, capturados por sus lentes: fugaces. Así nos lo ha contado.
¿Quién es Nacho Alegre?
Lo que más me define ahora es editor de Apartamento.
¿También fotógrafo?
Sí, pero no me gusta nada hacer fotos.
¿Nada?
Estoy muy desencantado. Es un buen medio, pero la gente no lo trata como tal. Sin contexto no funciona, son pósters. En cambio, el contexto de un libro o revista la transforma en una herramienta fuerte.
¿Cuándo descubrió esa conexión?
Empecé a hacer fanzines antes que fotos. Las embolsaba una a una, y luego iba a la sala Apolo y las tiraba en la puerta con 19 años. Empecé a hacer fotos y muchos años más tarde, un amigo me propuso hacer un fanzine que derivó en Apartamento. En aquel momento tenía una colección de fotos sobre los espacios en los que vivían mis amigos. La definición de hogar era nuclear para mí al buscar independizarme, y cuadró como línea editorial. Más tarde evolucionó.
Muebles Bridges Small por Muller Van Severen en colaboración con BD
Apartamento no solo habla de interiores físicos...
Importan las voces; el espacio es anecdótico. Interesan las historias y las particularidades expresadas en los espacios que habitan. Hemos madurado: El ego se desapega y tu identidad ya no pasa por tu casa, ni por tu ropa. Esa fase es la que más nos interesa, por eso solemos hablar con personalidades mayores. En Apartamento no sales bien vestido, con estilo sí.
¿Qué define la identidad ?
Lo que haces, tus acciones.
No se considera, como diría Andrés Trapiello, un ‘cosista’...
Un poco, pero porque me gusta coleccionar, el diseño, encontrar las piezas, buscarlas. Antes no me gustaba Philippe Starck, me parecía horrible. Ahora me gusta, busco, compro y colecciono en un almacén lleno de objetos. Y luego los vendo si me viene en gana.
Nacho Alegre en su cama con un cuadro de la artista catalana Marria Pratts
¿Cuáles se libran del almacén?
Los que tienen un cierto valor sentimental. Y los funcionales.
¿Los espacios nos definen o definimos los espacios?
Nosotros definimos el espacio.
¿Ha definido su hogar?
Esta casa está muy bien porque nunca la proyecté. Me la he encontrado.
¿Existe el hogar físicamente?
Sí que lo creo. Ahora me identifico bastante con mi casa. Tampoco es mía, también es de mis hijos y de quienes pasan por ella. Ahora me gusta, está limpia, algo ordenada...
El cuarto de sus hijos con una TNN de Miguel Milà
¿Ordenada a propósito?
Hoy es el día que viene la chica de la limpieza por eso te he citado un martes.(Ríe)
¿Qué no puede faltar en su casa?
La luz. Es lo que te da el espacio, ¿no? Y luego ya rellenas.
Como fotografiar...
¡Exacto!
¿Cree que existe un lenguaje fijo en la creación, algo que nunca falle?
Cada artista tiene que usar el medio que le funcione. Si todo el mundo usa el mismo se hace un poco raro.
¿Le tiene especial aprecio a algo?
No estoy de acuerdo con tener favoritismos. Apartamento es una revista no comercial en el sentido de que no hay créditos de las cosas. No va de eso, nada tiene marca.
El salón de Nacho Alegre contiene una selección de arte, música y libros muy propia y personal
Pero hay publicidad...
Sí pero no es nuestro ingreso principal. Nosotros no vendemos productos, vendemos revistas.
¿Se consideran independientes?
La publicidad pervierte el espacio, pervierte a la persona también. Tampoco es la parte central del asunto.
¿Cuál es?
Historias sobre las que aprender.
¿Qué ha aprendido?
Que nada importa tanto. Nadie de 80 años habla de listas de favoritos. Sí de su trabajo, legado e integridad
Apartamento
Algunos de los últimos proyectos editoriales de Apartamento incluyen Oríkì: Material Affirmations in Three Acts, la monografía debut del artista Nifemi Marcus-Bello, que abarca su serie Oríkì en tres partes. Susurros de un sendero, que exploran el bronce, el aluminio y el cobre, respectivamente. Sus último tomo número 36 un surtido de voces de alto gramaje o bien Happy Victims de Kyoichi Tsuzuki una edición curada de las 87 entregas de su serie Happy Victims en la revista de moda Ryuko Tsushin.
