Los focos de La Voz regresan este viernes para una nueva entrega del concurso y, con ellos, el pulso emocional de una edición marcada por actuaciones tan intensas como la de Aroa Salaño la pasada semana, cuyo momento de superación arrancó lágrimas a Malú. Entre grabación y grabación, la intérprete de Aprendiz encuentra la calma en su chalé de Majadahonda, un refugio personal que asoma a veces en sus redes y que revela un gusto claro por los espacios cálidos, funcionales y luminosos.
A la vista está que la cantante, con una trayectoria que abarca casi tres décadas y éxitos como Blanco y negro o Ahora tú, lleva una vida profesional frenética, por lo que su hogar se convierte en una suerte de contraplano íntimo. Allí, lejos del bullicio de platós y recintos, la artista organiza su día a día con su hija en un entorno pensado para la desconexión. Y las imágenes compartidas ocasionalmente muestran una vivienda donde conviven modernidad, detalles clásicos y una clara apuesta por la madera y la luz natural.
Cocina y calma
Un espacio luminoso con muebles blancos, isla central y rincones bien pensados
La cocina es uno de los espacios que más protagonismo ha tenido en sus publicaciones. Predomina el blanco, desde los muebles hasta la encimera, lo que amplifica la claridad que entra por las ventanas. En este ambiente suele grabar mensajes a sus seguidores y también se deja ver entre utensilios y pequeños electrodomésticos, desde el robot de cocina hasta la vitrocerámica, donde prepara platos caseros.
Malú en su cocina.
En otras zonas del mismo espacio aparece mobiliario lacado en tonos gris azulados que contrasta con las sillas de resina en colores suaves. El conjunto se completa con suelos de madera que aportan calidez y una iluminación tenue, pensada para envolver más que para deslumbrar. Esa mezcla de líneas modernas y detalles clásicos define una estancia práctica, pero con personalidad, reflejo de un estilo que se repite en el resto de la vivienda.
La zona de comedor, con la luz natural como protagonista.
A unos pasos se abre el comedor, delimitado por una alfombra de rafia y por una vitrina de madera clara. Allí reina la simplicidad, solo rota por una silla tapizada en rosa que quiebra la neutralidad del espacio. Las imágenes permiten ver cómo esta zona funciona como punto de encuentro familiar, un lugar donde la artista combina trabajo y descanso antes de volver al ritmo del programa musical.
Los sofás del salón, en verde caqui.
Verde y madera
Salón amplio con papel pintado, sofás caqui y salida directa al jardín
El salón es la estancia donde más se aprecia el equilibrio entre serenidad y carácter. Los sofás caqui, amplios y acolchados, se han convertido en su refugio entre conciertos o tardes con su hija. Cojines estampados añaden textura, mientras que un llamativo papel pintado floral en verdes y marrones aporta dinamismo. Frente a él, una pared con fibras naturales sostiene un cuadro vibrante y la televisión, creando un juego visual entre calma y contraste.
Un enorme jardín preside la zona exterior.
Desde ese salón se accede al jardín, uno de los grandes atractivos del chalé. A través de un ventanal se despliega una zona verde amplia, sin piscina, pero con un porche ideal para noches templadas. Allí juega su mascota, allí descansa la cantante y allí se redondea un hogar que actúa como refugio tras cada gala. Una pausa necesaria antes de volver al escenario y a la intensidad de un talent como el de Antena 3.
