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Así fue la boda en casa de Dabiz Muñoz y Cristina Pedroche en 2015, en vaqueros y zapatillas: “No es la boda soñada por las niñas”

Recuerdo íntimo

Una década después, el recuerdo del peculiar enlace doméstico del chef y la comunicadora sigue muy presente en el recuerdo de los más seguidores de la pareja

Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz, en una imagen de archivo.

Jesus Briones

La presencia del cocinero de DiverXO esta noche en El Hormiguero, donde presenta su nuevo cómic XOTIME, ofrece una excusa perfecta para revisar uno de los episodios más inesperados de su vida privada. Diez años después de aquel enlace que Dabiz Muñoz y Cristina Pedroche improvisaron en su casa, el recuerdo sigue circulando como una muestra de la naturalidad con la que la pareja quiso escribir su historia. Y en un año marcado por aniversarios y proyectos nuevos, ese momento doméstico recupera fuerza, casi como un guiño al pasado que aún despierta curiosidad.

En 2015, cuando el chef ya destacaba como impulsor del universo XO y ella vivía un ascenso mediático constante, optaron por alejarse de cualquier celebración convencional. Lo hicieron con premura, sin grandes preparativos y sin buscar impacto. Su boda, recogida por ¡Hola! En una exclusiva, hablaba de ellos sin artificios. Un piso de Vallecas convertido en improvisado salón nupcial, dos bolígrafos gigantes para firmar y una bufanda del Rayo Vallecano custodiando la mesa. Nada más.

“Quisimos que fuera al día siguiente”

La boda exprés que se resolvió en el vestidor de su casa

El enlace tuvo lugar el 24 de octubre, apenas un día después de que el cocinero obtuviera los papeles de su divorcio de Ángela Montero, su primera esposa. “Quisimos que fuera al día siguiente”, explicó ella a la citada revista. Ese deseo de inmediatez marcó el tono de la ceremonia, con mínima preparación y un escenario cotidiano que no se alteró para la ocasión. El vestidor del piso, con cargadores, llaves y objetos cotidianos, se convirtió en el lugar donde ambos firmaron su unión ante notario y con sus padres como únicos testigos.

La portada de '¡Hola!' Que recogió el enlace.

¡Hola!

El atuendo fue otro reflejo del espíritu del momento. Vaqueros, camiseta sencilla y deportivas para él; blusa salmón, pantalón negro y coleta alta para ella. Las zapatillas que habían encargado no llegaron a tiempo, lo que terminó por reforzar el carácter improvisado del día. Ella, sin embargo, incorporó un único gesto emotivo: el collar heredado de su abuela. “Era lo único especial que llevaba puesto. Siempre la echo de menos, pero esa mañana, quizá, un poco más”, confesó entonces.

La ceremonia culminó con un abrazo y un beso, sin posados extensos ni brindis posteriores. Las alianzas, de oro negro y diseñadas por ambos, fueron el único elemento planificado. El caso es que la prisa también condicionó el después. Él volvió al trabajo y ella se marchó a casa de sus padres, donde la esperaban una ensalada de pollo y un bizcocho de chocolate preparado por una prima. Recordaría la escena Cristina, también para la revista antes citada, con una frase que quedó como resumen del espíritu de la jornada: “Quizá no es la boda soñada por las niñas, pero ya habrá tiempo de celebrarlo”.

“Ya llegará”

Un 'sí, quiero' sin luna de miel y con un viaje laboral a la India

La pareja viajó a la India poco después, aunque no para una luna de miel. Él tenía compromisos profesionales y ella lo acompañó en un desplazamiento que, con el tiempo, ambos han descrito como uno de los primeros pasos de una vida conjunta marcada por la intensidad de sus proyectos. “El viaje de novios… ya llegará”, dijo ella entonces, insistiendo en que lo relevante no era el formato, sino la certeza de haber formalizado un vínculo que sentían sólido.

Cristina y Dabiz, en una imagen de redes sociales.

Instagram

Aquel enlace discreto, celebrado con rapidez y casi sin planificación, continúa ocupando un lugar particular en la memoria de la crónica rosa. A fin de cuentas, no buscó ser ejemplo ni pretendió convertirse en anécdota, pero terminó siendo las dos cosas. Así hoy, mientras el chef presenta nuevas aventuras profesionales y se cumple una década de aquel día inesperado, su boda casera sigue ilustrando una forma singular de entender la vida en pareja- Directa, sencilla y fiel a un impulso que definió su historia común.