Alba Flores: “En la raíz del dolor se encuentra su antídoto: el amor”

Sónico

Con el sentido homenaje a Antonio Flores, el documental 'Flores para Antonio' dirigido por Isaki Lacuesta y Elena Molina, la actriz con el apellido con más acento del país ha encontrado su voz

Alba Flores: “En la raíz del dolor se encuentra su antídoto: el amor”
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Lleva un anillo en el meñique, forjado en oro el día que nació su padre. Grabadas en el lomo: las iniciales de Antonio Flores...

P.gento

Lleva un anillo en el meñique, forjado en oro el día que nació su padre. Grabadas en el lomo: las iniciales de Antonio Flores. Al igual que el portador para el que se forjó, fallecido un 30 de mayo de 1995, el anillo sigue brillando. Desde aquel día de mayo, su hija, Alba Flores no ha vuelto a cantar. Una espina se clavó... Y el doler silenció el querer. Hasta ahora. 

Su voz ha vuelto a entonar el canto triste y el alegre. Una que, ahora sí, canta con dolor y amor en el mismo acorde. El cómo: haber entregado a su padre las flores que merecía. Una celebración oficiada con toda la familia involucrada en hacer de su dolor lo que siempre fue: una casa de arte. Pero sacar espinas no es fácil. 

En los ecos de su pesar Alba Flores ha encontrado su voz. Ubicación: Trent Studios.

En los ecos de su pesar Alba Flores ha encontrado su voz. Ubicación: Trent Studios.

Pavlo L. Gento

Lo sabe bien uno de los directores del documental que comparte espina con Alba. El director Isaki Lacuesta, perdió a su hija recientemente. Tenía ocho años. Los mismos que tenía Alba en 1995. Compartiendo algo más que visión, ha sido con la de Lacuesta, junto a la de la directora Elena Molina, con la que se ha rodado el proceso de retratar en su máxima la incandescencia de Antonio Flores. El resultado de esa pena hecha copla de amor abre sus pétalos en  Flores para Antonio, el documental que explora el archivo personal del creativo, y sigue los pasos de Alba preguntando aquello que nunca se atrevió. Ejercicio de honestidad que libera de las espinas a todos aquellos tocados por la flor de Antonio. 

En el encuentro dado en un rincón blanco con espejos de reflejo oblicuo, las tres visiones al mando se han sentado para conversar sobre el proceso de encontrar las palabras, los sonidos y las texturas adecuadas. De encontrar a Antonio y Alba. A través de sus lentes, sus penas y sus estimas, la emoción ha germinado en flor con gesto de sonrisa. La de Alba Flores que no dudaría en volver a reír...

El dolor embaraza la piel de silencio, ese que ha roto el origen: el querer

El dolor embaraza la piel de silencio, ese que ha roto el origen: el querer

Pavlo Gento

¿Cuándo germinó la semilla?

Alba Flores  El origen es que, tarde o temprano, teníamos que hacer algo sobre mi padre y yo no me he sentido preparada hasta ahora. Creo que he madurado, también profesional y personalmente estoy más hecha. Noté algo fuerte a partir del momento en el que cumplí la misma edad que habría tenido él, cuando murió. Se abrió un portal y llegó una necesidad interna de comprender más mi propia historia y dignificarla. Recurrí a Lacuesta y Molina porque eran las personas indicadas para poder contarlo, no quería hacer un producto televisivo, quería sensibilidades artísticas para un artista; celebrar su vida y obra.

¿Cómo celebrarlo? 

Elena Molina Aparte del movimiento, del ritual que Alba necesitó, Ana Villa, Chirro y los colegas más íntimos de Antonio también tenían la necesidad de hacer un concierto. De ahí surgieron dos movimientos.

A.F. Sí, ahí se abrió la puerta también.

E. M. De alguna manera, fueron las semillas de las que crecieron las flores. Y el momento de regar fue abrir cajas y revisitar materiales que estaban en casa de Ana, en la habitación de Alba cuando era pequeña, y ahí empezaron a salir un montón de materiales de todo tipo. Nosotros habíamos hablado de trabajar a partir de las canciones, de las letras de Antonio, y que eso fuera el hilo conductor, pero cuando se empezaron a abrir todas esas cajas, nos dimos cuenta de que no eran solo letras, eran dibujos, maquetas grabadas, experimentos sonoros, polaroids... Antonio tenía una hiperactividad creativa muy grande. El collage era perfecto para hacer justicia a su creatividad e ir entrelazando todos los materiales. Nos permitió que todo su arte estuviera en la película.

“Me he empapado de mi padre, he sentido su aroma”, dice Alba Flores en conversación. Ubicación: Trent Studios

Pavlo Gento

Isaki Lacuesta Nos dimos cuenta de que no era una película en tercera persona, es una película de búsqueda en la que Alba busca a su padre y su propia voz. No es una película de entrevistas con bustos parlantes, sino que es una película de conversaciones. Eso hace que como espectadores todo el mundo se pueda reconocer en la familia Flores, porque a todos nos han pasado cosas parecidas. Y en este sentido, es una familia más, pero al mismo tiempo una familia muy única y muy excepcional. De los primeros influencers antes de que todo existiera.

¿Qué han descubierto en la búsqueda?

A. F.  No ha sido un viaje racional, ha sido más experiencial. Me he empapado de mi padre; sentir su aroma. Mi gran descubrimiento es todo lo que hay en mí de él y todo lo que quiero que haya en mí de él.

¿Lo había negado hasta ahora?

A. F.  Lo había congelado. En la película se cuenta algo que tiene que ver con cantar y con haberme quedado ahí pillada, bloqueada. Había toda una parte de mi persona importante que estaba muy bloqueada. Y a través de esta película, siento como se han abierto puertas. Todavía me queda por recorrer el camino que hay dentro de ellas, pero me siento 10.000 veces más libre y completa.

Destellos de un acento

Destellos de un acento

Pavlo Gento

¿Cómo ha sido contar con Silvia Pérez Cruz cómo guía hacía la voz?

A. F. Silvia en realidad es quien me presentó a Isaki Lacuesta haciendo un videoclip que se llamaba Fatherless, precisamente. Ella ha sido alguien que me ha ayudado, desde hace años, me viene ayudando como hermana guía, como maestra. Acudí a ella a pedirle ayuda, y junto a Àngela Furquet, me han dado la confianza para hacer cantar la música de la peli. Sentía que la tenía que hacer yo porque escuchaba a mi padre en mi cabeza decir: “¿Quién va a hacer la música de mi película, que es lo único que me importa.” Y yo le decía: “Tranqui, la haré yo con alguien de mi confianza.” Y ese alguien de mi confianza resulta que es una de las mejores músicos que tenemos en este país. Tanto con ella como con Alejandro Castillo, diseñador sonoro, hemos usado los experimentos, las rarezas sonoras de cintas almacenadas de mi padre para crear el clima sonoro. Decidí que quería acabar con una canción, en los créditos de la película, que empecé como niña y quería terminar. Me han permitido poder devolver una composición al mundo y a mi padre. Es una alegría que eso pueda suceder.

Elena Molina: En todas las conversaciones que tenía Alba, abría y desbloqueaba algo en las personas con las que hablaba. Era muy valioso. Ha sido muy bonito dejarnos llevar también por lo que la película descubría.

El director de cine Isaki Lacuesta ha firmado junto a Elena Molina 'Flores para Antonio' su último trabajo tras la premiada 'Segundo Premio'

El director de cine Isaki Lacuesta ha firmado junto a Elena Molina 'Flores para Antonio' su último trabajo tras la premiada 'Segundo Premio'

Pavlo Gento

Sin desmerecer vuestra dirección, ¿creen que Antonio les ha dirigido?

I. L. Nos ha dirigido Alba, más que Antonio. Es una película que hemos hecho para Alba y con la guía de su madre, de sus tías y de toda la familia. Esta película es para ellas. El alma de la película es Alba.

E. M. Antonio ha inspirado en todo momento. Hemo intentado captar esa hiperactividad creativa y juguetona.

A. F. Yo iría más allá. Es una película de conversaciones pendientes y yo creo que hemos tenido una conversación con él en su propio lenguaje, utilizando el lenguaje que él usaba, sus canciones, su manera de mirar la plástica. Ha sido un diálogo, yo creo.

I. L. En estos días se habla mucho de transparencia, naturalidad y honestidad a la hora de abordar la vida íntima, las adicciones, los problemas. Y esa honestidad es la que tenía Antonio cuando le ves en sus archivos, en sus declaraciones televisivas: la transparencia, total. Son temas en los que se ha tardado mucho en poder hablar con claridad. Y en realidad, Antonio lo estaba diciendo pero no había gente preparada para entenderlo en ese código.

¿Consideran que ahora sí?

A. F. Absolutamente. Incluso tenemos más vocabulario para nombrar las cosas por las que atravesaba esa generación. En cuanto a salud mental, creo que no hemos evolucionado mal. Ahora es más fácil ponerles nombres que no estigmaticen a las personas. El problema puede que condicione o determine de alguna manera, pero no encierra toda tu esencia ni toda tu identidad. Esta película, con otras que están surgiendo en este momento, hay una especie de oleaje de querer. De volver a hablar de esas cosas con esta nueva mentalidad y perspectiva para poder dignificarlas, quitarles tabú, abrazarlas.

De derecha a izquierda, Elena Molina, Isaki Lacuesta y Alba Flores en los reflejos de una nueva visión

De derecha a izquierda, Elena Molina, Isaki Lacuesta y Alba Flores en los reflejos de una nueva visión

Pavlo Gento

Cómo la espina con la que todo empieza, “una espina se clavó” canta Alba al inicio....

I. L. A medida que atravesábamos toda la discografía y creación de Antonio, también fuimos entendiendo las espinas que tuvo a la hora de crear y cómo Alba iba conectando con ella y toda la familia dialogaba en comunidad. La película conecta desde lo más humano y universal que son esos silencios y ausencias y cómo poder a veces abrir la boca para gritar o cantar, en este caso, es tan necesario.

A. F. En realidad, es el viaje clásico del héroe, salir de casa para buscar fuera, y al final te das cuenta de que el tesoro lo tenías en casa y tienes que volver.

I. L. Eso pero con rumbas.

E. M. Había ahí un paralelismo muy fuerte entre la demanda de la familia de que Alba cantase, preguntase, y Alba no cantaba, pero tampoco preguntaba, que al final tiene mucho que ver con abrir, con el silencio.

A. F.  Está bonito eso, que igual hay que aprender a preguntar antes que aprender a cantar.

¿Ahora cantará, serán esos sus siguientes pasos?

A. F. Antes te diría rematadamente que no. Ahora: ya vendrá. No tengo prisa tampoco. Tengo que recuperar el tiempo perdido conmigo misma en ese sentido. Y tener mi espacio de intimidad creativa para encontrarme. Pero seguramente...

Silueta pura del apellido con más acento del país

Silueta pura del apellido con más acento del país

Pavlo Gento

¿Siente que tiene que primero tener ese diálogo con su padre antes de poder tenerlo consigo misma?

A. F. Creo que por mucho diálogo que hubiera tenido conmigo misma, hasta no dialogar con mi padre y con mi familia, no podría haber dado el paso que necesitaba para sentirme libre.

Y el dolor, ¿cómo lo ha cantado, cómo lo ha liberado?

A. F. La película siempre tuvo la premisa de celebrar y no de ahondar en el dolor, atravesarlo, porque para celebrar había que atravesar momentos y conversaciones dolorosas, pero es una película que siempre partía de: Queremos celebrar la vida de Antonio, queremos celebrar todo lo que Antonio creó en el tiempo que estuvo aquí. Ha sido una alquimia complicada. Pero fíjate que creo que algo que yo por lo menos saco en claro de todo esto, también lo dice mi tía Lolita en un momento, es que el dolor no se puede evitar. Y creo que vivimos en una cultura que realmente es muy infantil y todo va de intentar evitar el dolor. En la propia historia de mi padre eso juega mucho para su parte más frágil. Y algo de lo que yo me he sentido capaz en esta película es de dejarlo estar, porque tampoco pasa nada. 

Se puede vivir con mucho dolor sin que eso te mate de pena, que era también uno de los miedos míos de mi infancia. Esto ha sido como enfrentarme al dragón que de pequeña me dijeron que existía, que era que te podías morir de pena. Y al final ese dragón es inofensivo. Lo único que quiere es que lo reconozcas, que le des su espacio y que lo habites en el cuerpo. Me di cuenta de que una de las razones por las que no había podido desbloquear todo esto es que no había tenido la oportunidad de decir en alto todo lo que quería a mi padre y lo que amaba a mi padre, era porque el amor y el dolor estaban bloqueados. 

Si no era capaz de dejarme estar en el dolor, tampoco estaba siendo capaz de dejarme sentir todo el amor que sentía por mi padre. Claro que es duro pasar por la pérdida, es duro pasar por el luto, pero es que en la misma raíz del dolor está su antídoto, que es el amor. Es muy cursi esto que estoy diciendo, pero es que la vida es cursi a veces.

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