Joaquín Prat abre las puertas de su luminoso ático en el norte de Madrid: 75 m² que combinan el estilo nórdico con los toques étnicos
Casas de famosos
Un refugio cuidado que muestra cómo el presentador organiza su vida doméstica y la nueva etapa televisiva desde un ático donde la luz, el orden y los detalles personales marcan el ritmo cotidiano
Joaquín Prat, presentador de 'El tiempo justo' en Telecinco.
El que fuera rostro de las mañanas de Telecinco vive estos meses un cambio de ritmo tras asumir la conducción de El tiempo justo, el magacín que ocupa las tardes de la cadena desde septiembre. Y entre directos, escaletas y la exigencia de un nuevo horario, su punto de desconexión se encuentra al norte de Madrid, en un ático de 75 metros cuadrados en el que lleva instalado desde febrero de 2019. Ese espacio, recogido y brillante, es el lugar donde baja el volumen de la exposición mediática.
Las imágenes que él mismo ha ido compartiendo en redes permiten reconstruir un hogar pensado para acompañar una rutina intensa y donde la luz que entra por los ventanales es protagonista. En ese ambiente claro, el presentador mantiene una vida familiar junto a su pareja, la abogada Alexia Pla, y su hijo –fruto de una relación anterior–, con quien comparte los ritmos más domésticos antes y después de cada directo. Allí se asienta este pequeño universo de calma urbana.
Equilibrio nórdico
Un ático concebido para multiplicar la luz y ganar amplitud pese a los metros
La vivienda se organiza alrededor de un salón donde los muebles blancos y las líneas limpias imponen un criterio funcional. Los ventanales, amplios y sin ornamentos, permiten que la claridad recorra las estancias desde primera hora. En el suelo, un diseño en rombos de madera clara y oscura introduce un gesto cálido que rompe la uniformidad sin perder coherencia cromática. Esa base, sencilla y luminosa, sirve de apoyo a los pequeños detalles que dan vida al conjunto.
El salón, de techos altos y toques étnicos.
En este espacio principal, la alfombra de inspiración étnica se convierte en un punto focal que aporta textura y color sin saturar. A su alrededor conviven piezas mínimas, seleccionadas para optimizar cada metro disponible. La idea parece clara: mantener la amplitud visual, algo que se aprecia en la distribución abierta y en la ausencia de elementos superfluos. Y el resultado es un ambiente sereno, donde la decoración se entiende como un soporte práctico más que como una acumulación estética.
La claridad también se impone en la zona de la cocina.
El dormitorio sigue esa misma línea de utilidad y claridad. La cama, colocada sobre un canapé con cajones integrados, funciona como una solución de almacenaje esencial en un ático de estas dimensiones. Una guirnalda discreta en el cabecero introduce un toque personal que suaviza la geometría del conjunto. Todo pensado para que el descanso sea inmediato, desde la organización del espacio hasta la apuesta por tonos neutros que reducen cualquier sensación de sobrecarga visual.
El luminoso dormitorio de Joaquín Prat.
Detalles que definen
Decoración mínima con toques personales que acompañan su nueva etapa profesional
La elección de este ático parece responder al deseo de encontrar un lugar práctico y luminoso desde el que sostener un ritmo profesional cambiante. Además, el salto de Vamos a ver al nuevo formato vespertino de Mediaset ha reorganizado horarios y hábitos, pero está claro que la vivienda actúa del mismo modo como un punto de ajuste entre exigencias. Su distribución, sencilla y funcional, permite adaptarse a los días más largos de grabación o a las jornadas de preparación previas a cada emisión.
A ese refugio madrileño se suma la escapada puntual a su casa de Mallorca, aunque lo cierto es que el día a día discurre en estos 75 metros donde conviven rutina familiar y trabajo. La serenidad visual del ático facilita ese tránsito constante entre lo público y lo privado. Allí, entre luz natural, muebles claros y detalles escogidos, encuentra el equilibrio necesario para encarar una etapa televisiva que reordena su presencia en la cadena... Pero sin alterar el orden discreto de su vida doméstica.