Su paso por Hasta el fin del mundo no está dejando a nadie indiferente. José Lamuño, al que buena parte de la audiencia tenía en el radar por su participación en ficciones como La que se avecina o Hospital Central, y por formatos como MasterChef Celebrity, lleva semanas colándose en los hogares junto a Aldo Comas. Con el artista ha recorrido distintos enclaves de América Latina, compartiendo viajes, conversaciones y retos físicos en un tono de intimidad poco habitual en televisión.
En la última entrega, ambos vivieron uno de los momentos más emotivos del programa en el Salar de Uyuni. En mitad de la inmensidad blanca, brindaron al atardecer y hablaron de sus vínculos, forjados lejos de los focos. Una imagen de dicha que contrasta con otras etapas del recorrido profesional del actor asturiano, marcadas por la inestabilidad laboral, los silencios prolongados y decisiones que condicionaron su trayectoria durante años.
José Lamuño participa en 'Hasta el fin del mundo' con Aldo Comas.
“Pensé que me iba a sobrar el trabajo”
El golpe económico tras su salida de ‘La que se avecina’ y el frenazo de su carrera televisiva
En diciembre de 2020, en una entrevista concedida a El País, Lamuño detalló uno de los episodios más complicados de su carrera, situado tras su salida de La que se avecina. “Pensaba que por haber trabajado en televisión me iba a salir trabajo, pero no fue así”, explicaba entonces. Aquel optimismo inicial chocó con la realidad del sector tras la crisis de 2009 y la cancelación de proyectos que tenía firmados.
En esa misma conversación, publicada hace ahora cinco años, relató con precisión las consecuencias económicas de aquel parón. “El dinero me duró tres meses, me arruiné y no tuve ni para pagar el piso”, afirmó. Para salir adelante, encadenó trabajos alejados de la interpretación: repartió flyers de madrugada en la Puerta del Sol, trabajó en bares y asumió empleos temporales mientras seguía acudiendo a castings.
La situación se prolongó durante años. Tras finalizar Hospital Central en 2011, apenas encadenó proyectos interpretativos hasta 2018. “Casi no volví a trabajar”, reconocía en el medio antes citado, donde también detalló que recurrió a la terapia y a distintos empleos, desde vender pisos de lujo hasta trabajar como bedel en un colegio. Todo para poder mantenerse en Madrid sin abandonar del todo la profesión.
José apareció en la tercera temporada de 'La que se avecina' y compartió trama con Cristina Castaño.
“Me dijeron que era un juguete roto”
Una importante reflexión sobre la imagen pública, las redes y la necesidad de reinventarse
Un año después, en enero de 2021, amplió ese relato en una entrevista en Esquire, centrada en la figura del “juguete roto”. “Una persona muy importante me dijo que de mí ya solo interesaba mi Instagram y que, una vez que eso acabara, mi carrera estaría muerta”, contó. También recordó el contraste entre la exposición mediática y trabajos anónimos: “Por la noche te ven millones y a la mañana siguiente vas al cole a hacer ñapas con el mono azul”.
Aquella etapa derivó, según explicó entonces, en un proceso de revisión personal y profesional. “Me perdí ahí, pero es difícil decir ‘no’ cuando te ofrecen una pasta que necesitas”, reconocía sobre su relación con las redes sociales. Casi cinco años después, y mientras asiste al resultado de su recorrido por las Américas, lo revisa desde la distancia. Seguro con la certeza de que todas esas experiencias son las que construyen del relato de un actor sin miedo a reconocer que ha transitado entre el éxito visible y la precariedad menos conocida.
