Protagonistas

Mercedes Milá (74 años), sobre su truco para las entrevistas: “Un poco de sal debajo de la lengua; así generas saliva y no se te seca la boca”

Memoria televisiva

Tras el cierre anticipado de 'Gran Hermano', el recuerdo de aquellas entrevistas que la periodista hacía a los expulsados vuelve a escena mientras se recupera una confidencia revelada en 'Volando voy' sobre su truco para llevarlas a cabo

Mercedes Milá, en una imagen de archivo.

Mercedes Milá, en una imagen de archivo.

GTRES

Por agónico que fuese, el final de Gran Hermano 20 ha traído consigo ese algo imposible de evitar: la nostalgia. Un sentir que, en el caso del formato que revolucionó la televisión en el año 2000, siempre conduce a Mercedes Milá. La veterana periodista abandonó el programa en 2016, tras quince ediciones al frente, y su ausencia volvió a hacerse visible anoche, cuando la final se emitió antes de lo previsto por unas audiencias que nunca llegaron a despegar.

La edición más corta y menos vista del reality ha reabierto el debate sobre aquello que definió al programa en sus mejores años. Entre los recuerdos más recurrentes están las entrevistas a los expulsados. Largas, incómodas a ratos, directas siempre. Un terreno donde la presentadora construyó un estilo reconocible, heredero de espacios como Buenas noches, Queremos saber o Diario de…, y que hoy vuelve a citarse como una de las señas de identidad que el formato perdió por el camino.

“Así generas saliva”

El consejo práctico que aprendió de Miguel Ríos y desveló en televisión

Ese dominio de la entrevista fue precisamente el que salió a relucir en 2024 durante su participación en Volando voy, el programa de Jesús Calleja. Allí, mientras asesoraba a dos jóvenes que estrenaban un pódcast, la periodista compartió una rutina tan sencilla como efectiva para afrontar una conversación larga frente a un micrófono: “Cogéis un poco de sal y os lo ponéis debajo de la lengua. Esto me lo explicó Miguel Ríos que lo hace antes de salir a un concierto”.

La explicación fue inmediata y práctica, fiel a su manera de comunicar. “Así se genera saliva y no se te queda seca”, añadió ante la sorpresa de sus interlocutores. No fue el único consejo que dejó aquella jornada en la Sierra de Mariola. Habló de la importancia de leer, de escuchar con atención y de mirar a los ojos, además de elegir la lengua en la que uno se sienta más cómodo porque, como subrayó, “la lengua es la raíz”.

“Cogéis un poco de sal y os lo ponéis debajo de la lengua. Esto me lo explicó Miguel Ríos que lo hace antes de salir a un concierto”, reveló Mercedes en 'Volando voy'.
“Cogéis un poco de sal y os lo ponéis debajo de la lengua. Esto me lo explicó Miguel Ríos que lo hace antes de salir a un concierto”, reveló Mercedes en 'Volando voy'.Cuatro

También defendió un punto de fricción en la conversación, sin convertirlo en espectáculo. “Hay que ser un poco conflictivo”, dijo entonces, en referencia a no esquivar las preguntas incómodas. Una declaración que conectó con el recuerdo de aquellas entrevistas postexpulsión de Gran Hermano, donde el silencio, la insistencia y el tiempo eran herramientas tan importantes como cualquier truco técnico para sostener la voz.

Lejos de la casa

Un nuevo formato en TVE confirma su regreso a las entrevistas

Mientras el público vuelve a asociar su nombre al reality, lo cierto es que no se la espera en futuras ediciones. Su próximo proyecto televisivo ya tiene título y cadena. En 2025 se pondrá al frente de Me meto en un jardín, un nuevo formato de entrevistas para TVE en el que recorrerá España en caravana, alejándose del plató y de la actualidad inmediata.

El programa, producido por Zanskar Producciones, propone conversaciones en entornos naturales, con especial atención al mundo rural y a quienes cuidan esos espacios. El destino final de cada viaje será un jardín singular donde mantendrá una entrevista en profundidad con una persona conocida. Sin ruido, sin prisas y con tiempo. Un escenario distinto al de Gran Hermano, pero coherente con una trayectoria que siempre ha entendido la entrevista como un espacio para quedarse.