El desafío de las vacaciones en solitario, náufragos en busca de un viaje interior

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Como si de un ‘reality’se tratara. Agencias de viajes especializadas organizan experiencias de ‘turismo de sustracción’, colocando a los clientes en islas perdidas con condiciones extremas y de soledad 

La clientela de este tipo de turismo es heterogénea: desde jubilados a estudiantes con experiencia en campamentos

La clientela de este tipo de turismo es heterogénea: desde jubilados a estudiantes con experiencia en campamentos

Docastaway/Desert Island Survival

“Se puede observar que la soledad y el aislamiento del mundo no son un estado de vida tan insoportable como la mayoría de los hombres imagina”: estas son las palabras del corsario británico Woodes Rogers, futuro primer gobernador de las Bahamas, al notar el excelente estado de forma física y la paz interior alcanzada por Alexander Selkirk, un marinero escocés abandonado en una isla desierta frente a las costas chilenas entre 1704 y 1709.

Más de tres siglos después de la aventura que inspiró al personaje de Robinson Crusoe de Daniel Defoe, el naufragio voluntario se ha convertido en una opción consolidada para quienes desean desconectar de las convenciones de la vida moderna, en busca de un contacto directo con la naturaleza y una forma de renacimiento personal. A presidir este nicho de mercado están agencias especializadas, como Docastaway, fundada en 2010 por el español Álvaro Cerezo, o Desert Island Survival, creada en 2016 por Tom Williams, ganador de la primera edición del programa Alone UK y que, contactado por Magazine, estaba a punto de adentrarse dos semanas en la selva.

Las islas que eligen las agencias suelen pertenecer a particulares o a fundaciones sin fines de lucro

Las islas que eligen las agencias suelen pertenecer a particulares o a fundaciones sin fines de lucro

Docastaway/Desert Island Survival

Por su parte, Cerezo, 43 años y un aspecto de verdadero castaway, se ha convertido en un referente global del sector; tras abandonar Málaga seducido por los momentos de soledad robados en las calas de la Costa del Sol, un poco por casualidad y mucho por intuición, se encontró abriendo un mercado que nadie antes había imaginado: monetizar las ganas de estar lo más alejado posible de otras personas. Desde entonces nacieron otras agencias parecidas, pero la propuesta de Docastaway sigue siendo única, ya que ofrece una experiencia de total soledad, mientras que la mayoría de la competencia propone viajes en grupo y con un mínimo de preparación.

“Nuestro principal objetivo es ayudar a la gente a escapar de la civilización. Queremos que nuestros clientes vivan la experiencia de un verdadero náufrago”, explica Cerezo, quien también pide a sus viajeros que no publiquen información identificativa de las islas. Para quienes optan por una versión menos extrema, Docastaway también ofrece un modo confort, perfecto para parejas, que incluye cabañas equipadas y provisiones de alimentos. De todas formas, el verdadero desafío no reside solamente en aprender a pescar o recoger cocos para hidratarse, sino en enfrentarse al aislamiento.

El fundador de esta empresa ha elegido las islas más adecuadas inspirado en sus viajes juveniles

El fundador de esta empresa ha elegido las islas más adecuadas inspirado en sus viajes juveniles

@ramahphoto/Docastaway

Todas las agencias se encargan de la logística y del transporte a islas remotas, principalmente situadas en Indonesia, Oceanía, Filipinas, el Caribe y algunas regiones de África. Tras la reserva y la firma de un contrato que exime a los organizadores de cualquier responsabilidad por los diversos riesgos para la seguridad, desde la caída de cocos hasta olas anómalas, los clientes son abandonados con provisiones mínimas (si se solicitan) y algunos utensilios esenciales.

Para mitigar el riesgo, todos reciben un botón de emergencia para llamar al personal de asistencia, que suele ser el único punto de contacto con el mundo exterior y tiene una capacidad de intervención de unas tres horas. Layla Kyle, de Desert Island Survival, subraya cómo la seguridad es una prioridad absoluta: “Tenemos protocolos bien definidos y planes de evacuación para garantizar que la experiencia sea segura pero manteniendo una autenticidad de base”.

Nuestro principal objetivo es ayudar a la gente a escapar de la civilización”

Álvaro CerezoDocastaway

Docastaway ofrece estancias con diferentes niveles de confort, a partir de aproximadamente 1.700 euros por una semana de aislamiento medio, sin incluir los vuelos internacionales. Desert Island Survival, por su parte, propone paquetes que oscilan entre 2.500 y 5.000 euros por persona, dependiendo del destino y el tipo de aventura; en este caso la estancia suele ser de 11 días, de los cuales los primeros 5 son de entrenamiento y 3 de verdadera supervivencia. Por tanto, los costes son lo suficientemente altos como para hacer de este turismo de sustracción un sector de lujo.

La clientela es bastante heterogénea: desde jubilados aficionados al senderismo y la navegación, hasta estudiantes con alguna experiencia en campamentos. Los relatos de los participantes hablan de profundas transformaciones personales, como demuestra el libro De l'île déserte à la mer de sable de Gauthier Toulemonde. El empresario francés documentó su experiencia de 40 días en una isla indonesia, organizada por Docastaway en 2013, durante la cual trabajó con un portátil y paneles solares, traídos por él, acompañado por un perro y tres gatos para mantener a raya a las ratas (la misma alianza que salvó a Alexander Selkirk).

Las agencias colaboran con los dueños para reducir el impacto ambiental al mínimo

Las agencias colaboran con los dueños para reducir el impacto ambiental al mínimo

Docastaway/Desert Island Survival

Álvaro Cerezo ha dedicado años a la búsqueda de las islas más adecuadas, a partir de sus viajes juveniles al archipiélago de Andamán y Nicobar, en la Bahía de Bengala. De esas 836 islas y escollos dispersos, solo 31 están habitadas de forma permanente. La región alberga también a los sentineleses, considerados por la ONG Survival International como la tribu más aislada del mundo y que tiene la costumbre de recibir a los extraños con ráfagas de flechas con puntas de hierro.

Sin llegar a esos extremos, en el mundo hay muchas islas deshabitadas; las que se seleccionan suelen pertenecer a privados o a fundaciones sin fines de lucro, con las que las agencias firman acuerdos de explotación a largo plazo. La búsqueda de la soledad más total es el mantra de Cerezo, quien, junto a sus colaboradores, también debe asegurarse de que no pasen aviones ni barcos pesqueros.

Proteger la integridad y los paisajes de las islas es vital para que el negocio prospere

De hecho, encontrar lugares que cumplan con los criterios requeridos se ha vuelto cada vez más complicado, debido al desarrollo urbano y la expansión de las plantaciones, que han transformado muchos paraísos vírgenes. Como explica el empresario y aventurero malagueño: “La pandemia bloqueó los viajes durante más de dos años y muchas de las islas que usábamos fueron vendidas o reutilizadas para plantaciones de coco. Afortunadamente, nuestra experiencia nos permite encontrar nuevas más rápido que al principio”. Cada año, Docastaway vende alrededor de 50 experiencias.

A pesar de su creciente atractivo, este turismo de náufragos no está exento de críticas y algunos lo ven como una intrusión en lugares vírgenes, algo que podría dañar ecosistemas muy frágiles. Sin embargo, Cerezo defiende la sostenibilidad de su proyecto: “Limpiamos las islas de escombros y plásticos antes de la llegada de los clientes y trabajamos para crear reservas protegidas para evitar la pesca intensiva. Los pescadores locales, por ejemplo, ya no pueden utilizar técnicas como el cianuro o las explosiones de TNT”. 

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Desert Island Survival adopta un enfoque similar, colaborando con los propietarios de las islas para garantizar que el impacto ambiental se reduzca al mínimo. Por otro lado, proteger la integridad de los parajes es vital para la supervivencia de este modelo de negocio.

Pero hay otra amenaza más sutil. “Hemos observado –admite Cerezo– que la pandemia cambió radicalmente la forma en que disfrutamos de los viajes. Hoy en día, casi la mitad de los correos electrónicos que recibimos son de youtubers o influencers. Y aunque todavía hay muchos náufragos que se lanzan a vivir la experiencia exclusivamente para cumplir su sueño, sinceramente, me temo que estos clientes ya son minoría”. Si no lo compartes, no lo has vivido: una condena incluso para el náufrago moderno.

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