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Luciana Bertelotti, tripulante de cruceros: “En este trabajo no puedes ser tímido, habrá días en los que tengas que disfrazarte de pirata y hacerte fotos con 400 personas”

Trabajos únicos

Hay personas que dedican a trabajar en medio del mar disfrutando de lugares paradisíacos, y Luciana Bertelotti es una de ellas. Gracias a su canal de YouTube, hemos podido descubrir más sobre su vida

Luciana Bertelotti, tripulante de barcos

Hay profesiones que se salen de la norma y trabajar en un crucero es una de ellas. Lugares paradisíacos y una vida de ensueño son algunas de las cosas que nos imaginamos cuando pensamos en la profesión, pero la realidad es que guarda más secretos de los que nos imaginamos.

Así lo explica Luciana Batelotti o Luli en su canal de YouTube. La creadora de contenido, relata a través de la plataforma como es su vida diaria trabajando como fotógrafa en un mega crucero. Hoy, gracias a ella, descubriremos los pros y los contras.

De lo más complicado

La adaptación

Uno de los aspectos más complicados como tripulante es el inicio (como en la mayoría de los trabajos). “Se nota el desgaste desde el primer día. Lo más habitual es llegar cansado, con jet lag, tras haberse levantado a las seis de la mañana para embarcar. Y no hay margen de adaptación: se empieza a trabajar el mismo día. Normalmente, estás sustituyendo a alguien que se baja ese mismo día, así que no hay tiempo para instalarse o aclimatarse”, explica la creadora de contenido.

Cometer errores es parte del proceso, pero las expectativas están desde el minuto uno

Luciana Bertelotti, tripulante de cruceros

“Desde el primer día hasta el último —seis, ocho meses o el tiempo que dure tu contrato— tienes que rendir al cien por cien. Si eres nuevo, es cierto que intentan acompañarte y facilitarte las cosas, pero eso no implica que trabajes menos. Cometer errores es parte del proceso, pero las expectativas están desde el minuto uno”, asegura Luli en su vídeo. Y no solo se trata de trabajar: también hay que aprender un nuevo estilo de vida. 

Luciana Bertelotti, tripulante de cruceros

“Orientarse dentro del barco al principio es difícil —estás viviendo en un laberinto de pasillos y escaleras—. De pronto estás hablando en inglés todo el tiempo, con acentos de todo tipo, y aunque tengas experiencia previa en hostelería o como camarero, aquí tienes que reaprenderlo todo, con sus propias normas y procedimientos”, sigue. A esto se le suman los entrenamientos de seguridad obligatorios, que también requieren tiempo y esfuerzo, tal y como la protagonista revela en su canal de YouTube.

Difícil

Exigencia en el trabajo

Por otro lado, el trabajo a bordo viene cargado de expectativas y presión. No basta con hacerlo bien: hay que cumplir los estándares de la compañía. “Por ejemplo, ser fotógrafo no solo implica tomar buenas fotos. Hay que ser rápido, dinámico, tener iniciativa, sonreír continuamente, interactuar con los pasajeros —incluidos los niños—, y tener chispa”, defiende.

“No puedes ser tímido, ni tener una actitud apagada. Habrá días en los que tengas que disfrazarte de pirata y hacerte fotos con 400 personas”, cuenta.

La vida como tripulante

No hay tiempo libre

Luciana vuelve a insistir en su vídeo sobre uno de los aspectos que más dificultan la vida trabajando en un crucero: no hay días libres. Es decir, se trabaja todos los días de la semana. “Cada jornada hay que ofrecer el mejor servicio, con una sonrisa, aunque no tengas fuerzas”, cuenta.

Trabajar tantas horas cada día hace que el tiempo libre sea muy limitado

Luciana Bertelotti, tripulante de cruceros

“Trabajar tantas horas cada día hace que el tiempo libre sea muy limitado. Siempre hablo de lo mucho que se conoce el mundo a bordo, de las fiestas, de las amistades que se hacen. Pero todo eso ocurre en los ratos libres, que son pocos. Trabajar es lo principal”, asegura.

Crucero-iStock

Getty Images

Y es que hay que priorizar. “Con el poco tiempo que queda, uno tiene que elegir: descansar, salir, ir a la playa, tomar algo con los amigos o ir al gimnasio. Todo no se puede. Y cada elección supone renunciar a otra cosa”, explica,

“Si una noche hay una fiesta increíble, lo más probable es que duermas poco. Al día siguiente tienes que trabajar igual. Así que debes establecer prioridades: si salir, dormir o estar solo”, sigue. 

Todo hace que la salud mental pueda complicarse. “El ritmo, el trabajo constante, la falta de descanso, la presión acaba generando una bola de nieve. El resultado: un desgaste mental considerable. La salud mental, en este entorno, se convierte en algo delicado que hay que cuidar con mucha conciencia”, afirma Luli

Diferentes origenes

El choque cultural

“Uno de los aspectos más bonitos de trabajar en un crucero es conocer gente de todo el mundo. El intercambio cultural es fascinante: he hecho grandes amigos de culturas muy distintas a la mía, y ha sido una experiencia enriquecedora”, explica la creadora de contenido en su vídeo.

Hay costumbres o formas de ser que te pueden sorprender, para bien o para mal

Luciana Bertelotti, tripulante de cruceros

Aunque, también, para finalizar, la tripulante habla de las diferencias que esto puede ocasionar. “Hay costumbres o formas de ser que te pueden sorprender, para bien o para mal. Y esto ocurre constantemente, en cualquier rincón del barco”, concluye Luciana.