Jamie Cowles, experto en turismo tranquilo, sobre escapadas a dos horas de España: “El verano es estupendo para visitar la región de Occitania”

El verano es aquella época del año donde disfrutar y explorar nuevos rincones debe estar asegurado. Ya sea en avión o en un golpe de coche, existen regiones fáciles de visitar que pueden garantizarnos una bonita escapada llena de recuerdos para almacenar.

Nuestros vecinos franceses guardan un tesoro dentro de sus joyas turísticas: el Sur de Francia. Más concretamente, la región de Occitania aguarda entre sus carreteras y caminos los que son considerados como los pueblos más bonitos de todo el país. A tan solo dos horas en tren de España podemos descubrir una de las mejores zonas vinícolas, gastronómicas y turísticas que tanto hemos visto e imaginado en películas. Descansar en un hotel con historia como el Château Autignac o recorrer los viñedos ecológicos y naturales de la denominación de Faugères convierte la estación en una de las más esperadas para muchos.

Así lo afirma el director del propio hotel, Jamie Cowles, experto en la zona y quien desvela, para Guayana Guardian, los rincones que todo visitante debe descubrir de la región.

El director del hotel destaca la belleza de toda la zona. A tan solo una hora de Montpellier, la unión entre viñedos, una nada lejana costa y pueblos de piedra y madera crean la atmósfera tan de película que le caracteriza. 

“La región que rodea el hotel Château Autignac es una joya escondida del sur de Francia. Está en el corazón del Languedoc y combina la tranquilidad de los paisajes vinícolas con el encanto de los auténticos pueblos occitanos. Está a poca distancia en coche del mar y de las estribaciones de los Cévennes. Es un lugar perfecto para quienes buscan paz, cultura y placeres sensoriales”, desvela el especialista. 

Para los fans de paseos tranquilos, el experto en turismo habla del pueblo de Béziers como una visita obligatoria gracias a su casco histórico, catedral y Canal Du Midi. “Otra localidad mágica es Pézenas, ciudad donde nació el dramaturgo francés Molière, que enamora con sus galerías de arte, tiendas de antigüedades y su animado mercado de los sábados”, asegura.

La costa también es otra parte latente del corazón de la región. “Para acercarse al mar se puede ir a Valras-Plage o a la más tranquila Sérignan-Plage”, recomienda. Tampoco puede faltar una visita a la ciudad de Montpellier, con su energía cosmopolita y arquitectura más refinada. “También está a un paso para una excursión de un día”, afirma Jamie.

“El Parque Natural Regional de Haut-Languedoc ofrece rutas de senderismo y ciclismo entre bosques y viñedos. Una opción singular es la antigua vía ferroviaria La voie verte Passa Païs, ideal para recorrer en bicicleta”, explica el director acerca de experiencias relacionadas con la naturaleza. Otra idea, más cerca de la localidad de Autignac, donde está el hotel, es recorrer sus propios viñedos con breves paseos tanto en el atardecer como el amanecer.

Y es que los propios pueblos tienen, además de agradables recorridos a pie, grandes planes para hacer. Uno de los más conocidos son las catas de vino, pero también puede disfrutarse de catas de aceites de oliva locales. “Otro bonito plan es visitar la pequeña capilla de Notre-Dame-de-Nazareth, cerca de Laurens. Aunque, no hay que dejar pasar una visita a un pequeño productor de vino para una experiencia realmente personal”, recomienda Jamie.

En primavera y otoño el clima es suave, los viñedos están en flor o en plena vendimia, y la región no tiene tantas aglomeraciones

Jamie Cowles, director del Château Autignac

En cuanto a la mejor época para visitar la región, el experto recomienda desde abril hasta octubre. “En primavera y otoño el clima es suave, los viñedos están en flor o en plena vendimia, y la región no tiene tantas aglomeraciones”, aconseja. Además, estas épocas ofrecen las mejores condiciones para hacer senderismo, catas de vino y disfrutar de comidas al aire libre, tal y como él mismo cuenta. “Aunque todo el verano también es perfecto para unas vacaciones”, sigue el director.

“La región es famosa por sus aceites de oliva, tapenade, quesos de cabra y embutidos”, explica Jamie acerca de la gastronomía. En cuanto al vino, la AOC Faugères donde se encuentra Château Autignac es imprescindible, conocida por sus tintos expresivos y rosados elegantes. “No hay que perderse los vinos de productores locales ecológicos o biodinámicos, muchos de los cuales ofrecen catas y visitas”, afirma.

Y es que la denominación Faugères promueve una viticultura respetuosa con el medio ambiente. “Muchos productores siguen principios ecológicos o biodinámicos y no utilizan sulfatos que puedan perjudicar el desarrollo de la zona”, explica el especialista.

En verano, la región se funde en la celebración de tradiciones y ferias. “En agosto sucede la Féria de Béziers, donde se combina música y tradiciones del sur. Además, Pézenas acoge festivales de artesanía y música durante el verano”, relata. En el propio pueblo de Autignac, a pocos pasos del Château, las noches de verano incluyen conciertos al aire libre, catas de vino o encuentros con food trucks. “Son pequeños eventos locales, pero muy memorables”, asegura Jamie.

“El Château Autignac es una puerta de entrada a la cultura, el paisaje y los sabores del sur de Francia. Con su diseño elegante, experiencias y una identidad centrada en el vino, ofrece a los visitantes una forma refinada, pero auténtica de sumergirse en el estilo de vida del Languedoc”, cuenta el director acerca del hotel. Gracias a su spa y zona exterior, el Château se convierte en un lugar perfecto para descansar entre excursión y cata. “Su entorno es tranquilo, su encanto histórico y su apuesta por la calidad lo convierten en todo un referente de la región”, asegura Jamie.

El castillo fue construido en 1860. Hace diez años, Eric de Turckheim, decidió comprarlo y reformarlo para convertirlo en un hotel que respirara el encanto de Occitania. Pintado en un luminoso color blanco, sus grandes puertas representan un oasis de paz a pocas horas de la frenética Barcelona. 

“Château Autignac contribuye preservando su arquitectura patrimonial, apoyando a artesanos locales, ofreciendo una hospitalidad consciente y fomentando el turismo pausado, invitando a los huéspedes a descubrir la región a un ritmo humano y reflexivo”, concluye Jamie Cowles.