Un reciente estudio realizado por TUI Group, en colaboración con YouGov, revelaba que los viajes pueden tener un efecto rejuvenecedor en las personas. De hecho, la mayoría de alemanes encuestados reconocieron sentirse hasta 4,2 años más jóvenes tras sus vacaciones.
Sin embargo, siempre hay matices a tener en cuenta durante esas vacaciones: mejor bañarse en la luz del sol, saltar al azul del mar, envejecer como el mejor vino o alojarte en un hotel donde bajar revoluciones. Experiencias que confluyen en una isla de Mallorca donde es posible ser eternamente jóvenes durante una semana, o incluso un día.
Un reciente estudio revelaba que los viajes pueden tener un efecto rejuvenecedor en las personas
Desde las ventanas verdes de deliciosos pueblos de interior hasta calas de ensueño, pasando por los principales emblemas culturales de la capital, nos detenemos en una merecida pausa de 24 horas en la isla pitiusa.
24h en Mallorca: el viaje, como el buen vino
08:00h: La mejor forma de comenzar tu jornada supone sumergirse en las aguas de Cala Fornells, al oeste de la isla. Un escenario salpicado de pinos, aguas color turquesa y esa calma que todo lo envuelve mientras la vida renace frente a la costa de Peguera.

Las aguas de Cala Fornells son de un color turquesa intenso
10:30h: Los caminos estivales de Mallorca nos llevan hasta un lugar que parece sostener la memoria del territorio. Se trata de Finca Biniagual, cerca de Binissalem, primera área en recibir una DO (denominación de origen) en la isla. Una antigua alquería donde los colores terrosos de la piedra dialogan con el verde eterno a modo de perfecto “llogaret”.
Nacido durante los tiempos de dominación musulmana, el complejo abarca hasta 14 casas, una capilla, una bodega histórica y una vinoteca donde deleitarse con vinos exclusivos que evocan la frescura de la isla, con iconos como su Memories de Biniagual Blanc, un festín de notas cítricas y florales.
12:00h: Somos como el buen vino, pero no nos olvidamos del legado. Lo descubres en el pueblo de Binissalem, ya nombrado en el siglo I por el filósofo romano Plinio el Viejo gracias a sus bondades en torno a la uva y su cultivo.
Igualmente, más allá de los vinos, Binissalem es un reducto de paz donde perderse entre sus calles de piedra con ventanas verdes y azules, una plaza colmada de estampas costumbristas, el barroco de su iglesia de Santa María Robines, o sentarte en un restaurante a tomar unos fideus de vermar. Este plato de fideos gruesos con carne de oveja vieja se consume durante las Festes des Vermar, que festejan la época de vendimia en septiembre.

Binissalem es un reducto de paz en el corazón de Mallorca
13:30h: Desde Palma de Mallorca, nos montamos en un catamarán que nos lleve a través de algunos de los lugares más bellos (y azules) de la costa mallorquina a través de zonas como Es Pujolar y calas como Fornaris o Cala Guix. El mejor momento para dialogar entre amigos, brindar y darse un chapuzón.
15:30h: Cala Vella es uno de esos secretos azules al sur de la Palma donde lanzarnos al agua y nadar en un Mediterráneo eterno. Otras opciones irresistibles son la icónica Cala Blava, una lengua turquesa que se sumerge en una estrecha bahía; o Cala Mitjana, un remanso de paz tapizado de vegetación. La mejor prueba de que, cerca de la capital, también podemos encontrar calas iguales de fascinantes y escondidas sin necesidad de recorrer largas distancias.
18:00h: Si decides quedarte en Palma a la vuelta, puedes dar un paseo por su centro histórico, admirar la icónica catedral y completar la inmersión cultural con una visita al anexo palacio Real de la Almudaina (abierto hasta las siete de la tarde en horario de verano). Un binomio que supone el mayor hito cultural de la capital balear.
19:00h: Tras un relajado paseo, la mejor opción invita a quedarse a tomar algo en Mariluz Bar y Restaurante. Este place-to-be situado tras el Museo Es Baluard de Arte Moderno y Contemporáneo cuenta con una terraza ubicada sobre las antiguas murallas, con vistas inmejorables del panorama urbano de Palma.

Imagen aérea del hotel Aethos Mallorca, situado frente al Mediterráneo
21:00h: El restaurante ONDA de Aethos Mallorca se adapta al ritmo pausado de la vida junto al mar a través de colores suaves, la brisa que todo lo envuelve y sabores y productos que suponen una oda a la propia isla de Mallorca. Desde los bocados marineros de su menú mediterráneo hasta deliciosos cortes de carne de primera calidad, la cocina abierta de ONDA se convierte en la perfecta guinda a esta pausa donde recalibrar todos los sentidos y abrazar lo atemporal.
Delicatessen
Aethos Mallorca
Bajo el lema “eternamente jóvenes”, Aethos Mallorca supone un guiño a las nuevas generaciones a través de un hotel boutique vibrante equipado con 61 lujosas habitaciones y suites -de las cuales cuatro cuentan con bañera al aire libre, además de la exclusiva suite Tower -, vistas desde lo alto de un acantilado en Calvià, zona de bienestar con spa, infinity pool, gimnasio equipado con la última tecnología de Technogym, o su programa Experiencias Selectas, con especial conexión con las raíces locales. Todo ello, envuelto en un interiorismo a cargo del estudio Ballesteros Drusetta, que ha trasladado los verdes olivas y rosas de la flor de almendro, tan característicos de la belleza natural de Mallorca, a los cánones del viajero que busca rejuvenecer a través de nuevos refugios.