Estos son los 26 países europeos en los que no podrás pagar con euros
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Coronas danesas, libras esterlinas, francos suizos, liras turcas... La mitad de los países del Viejo Continente (algunos de la Unión Europea) tiene sus propias monedas de curso legal
El euro ha simplificado los viajes por el continente europeo
Viajar por el Viejo Continente es algo habitual para buena parte de los españoles. La creación del espacio Schengen en 1995, que eliminó las fronteras internas de la Unión Europea, abrió la puerta a conocer sus países sin las incomodidades de los controles de pasaportes y otros controles fronterizos. Tres décadas después, solo dos de los 27 estados miembros -Irlanda y parte de Chipre- los mantienen. En cambio, cuatro países extracomunitarios: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza forman parte de la zona de libre circulación.
La generación millenial apenas había nacido cuando siete años más tarde nacía el euro, una divisa que ponía las cosas todavía más fáciles a la hora de viajar. Desplazarse por países que lo habían adoptado como propio supuso un antes y un después a nivel práctico: permitía olvidarse del cambio de moneda, de las comisiones y de los cálculos matemáticos para visitar el coliseo romano, subir a la torre Eiffel o probar un currywurst en Berlín.
Hoy, tras diversas ampliaciones, ya son 20 los países de la Unión Europea que tienen el euro como moneda propia: son Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Chipre, España, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Portugal. A esta aventura se han sumado cuatro microestados extracomunitarios: Andorra, Ciudad del Vaticano, Mónaco y San Marino, además de Montenegro y Kosovo -no reconocido por España-, que lo adoptaron ambos de forma unilateral.
La Europa sin euro
Pero el Viejo Continente no es solo la Unión Europea y, ni mucho menos, territorio exclusivo del euro. Casi la mitad de los estados europeos dispone de divisa propia. Sin ir más lejos, de los 51, siete de la UE. Si viajas a Varsovia, Budapest, Copenhague, Dubrovnik o Praga -por poner sólo unos ejemplos-, deberás pasar por un banco o una oficina de cambio, ya que no han optado por dar el paso. En concreto, este patrón se repite en siete países: Bulgaria, Chequia, Hungría, Polonia, Rumanía, Suecia y Dinamarca.
Divisas de los países de la UE que no utilizan el euro
- Bulgaria: leva búlgara (0,51 euros)
- Dinamarca: corona danesa (0,13 euros)
- Hungría: florín húngaro (0,002 euros)
- Polonia: zloty (0,23 euros)
- República Checa: corona checa (0,04 euros)
- Rumanía: leu rumano (0,2 euros)
- Suecia: corona sueca (0,09 euros)
A pesar de ser el segundo continente más pequeño del mundo tras Oceanía, Europa es un vasto territorio que ocupa 1.530.751 km². No hace falta salir de él para descubrir países exóticos y poco explotados turísticamente. En especial, los euroasiáticos como Armenia, Azerbaiyán, Chipre, Georgia, Kazajistán y, en menor medida, Rusia y Turquía.
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Si pretendieras recorrerlos todos -en la actualidad la situación política lo complica considerablemente- te verías obligado a hacer continuos cambios de divisa o bien acarrear dos docenas de billetes y monedas distintos: desde francos suizos a liras turcas, manats azerbaiyanos o libras esterlinas.
Países europeos extracomunitarios que no utilizan el euro
- - Albania: lek (0,01 euros)
- Armenia: dram (0,0022 euros)
- Azerbaiyán: manat (0,5 euros)
- Bielorrusia: rublo bielorruso (0,25 euros)
- Bosnia y Herzegovina: marco convertible (0,51 euros)
- Georgia: lari (0,31 euros)
- Islandia: corona islandesa (0,007 euros)
- Kazajistán: tenge kazajo (0,0015 euros)
- Liechtenstein: franco suizo (1,07 euros)
- Macedonia del Norte: denar macedonio (0,016 euros)
- Moldavia: leu moldavo (0,051 euros)
- Noruega: corona noruega (0,085 euros)
- Reino Unido: libra esterlina (1,145 euros)
- Rusia: rublo ruso (0,01 euros)
- Serbia: dinar serbio (0,0085 euros)
- Suiza: franco suizo (1,07 euros)
- Turquía: lira turca (0,02 euros)
- Ucrania: grivna (0,02 euros)
Dónde cambiar moneda
Es recomendable que antes de emprender un viaje, tengas claro cuál es la moneda de curso legal del país -o de los países- que vas a visitar. Las diferencias de valor entre ellas -también en el caso de Europa- son considerables, y a la hora de realizar el cambio deberás tener en cuenta las comisiones que te acarrea.
No dejes esta operación para última hora. Evita sorpresas y, siempre que te sea posible, canjéalo en una entidad bancaria de tu confianza.
Si optas por hacer el cambio en el aeropuerto, es probable que no tengas problema alguno para obtener cualquier tipo de moneda y que puedas hacer el trámite de forma rápida y segura. Ten en cuenta, sin embargo, que es el entorno en el que el cambio resulta más caro. Y es que en estos puestos suelen añadir tasas y comisiones adicionales, al igual como en los quiscos dirigidos a turistas que ofrecen el servicio en el centro de las ciudades.
Si no quieres utilizar cash, como alternativa a la hora de pagar, puedes usar la tarjeta de crédito o una tarjeta de prepago sin comisiones ocultas. En cualquier caso, durante el viaje, controla las finanzas; evitarás sorpresas de última hora.