Casablanca, ‘l'art de vivre’ del Marruecos más auténtico (y sin masificación turística)

Escapada

Casblanca será el nuevo destino turístico de lujo, festivales musicales, arquitectura de vanguardia, bares y restaurantes de alta gastronomía, la ciudad se renueva

La Corniche es el lugar que concentra más locales de ocio de la ciudad

La Corniche es el lugar que concentra más locales de ocio de la ciudad

Carlos Puig Padilla

Pocas imágenes son tan icónicas como la silueta imponente de la mezquita Hassan II. Basta verla  frente al Atlántico para saber que hemos llegado a Casablanca. Se trata de una maravilla de la arquitectura moderna y un verdadero símbolo del Marruecos actual. Su minarete, con más de 200 metros de altura, es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Bajo su sombra, palpita una ciudad tan decadente como fascinante, donde el legado colonial francés, la tradición marroquí, los centros comerciales y los edificios de oficinas se mezclan sin complejos en la que es una de las ciudades con más futuro de todo el continente africano.

Lo curioso es, sobre todo si tenemos en cuenta que cuando Fez, Meknes e incluso Rabat tenían cientos de años, que Casablanca era apenas un puerto insignificante en el siglo XV donde fondeaban barcos portugueses hasta que se marcharon en 1775. Luego llegaron los españoles, incluso hubo una plaza de toros. Cuentan que, en lo alto de la colina de Anfa, lo primero que veían los navegantes al llegar era una casa blanca. De ahí, Casa Branca en portugués. Siglos después, el sultán Sidi Mohamed Ben Abdellah la rebautizó como Dar al-Baida (Casa Blanca en árabe), y hoy los locales, con toda familiaridad, la llaman simplemente Casa.

Casablanca

Una de las ciudades con más futuro de todo el continente africano

Mezquita de Hassan II

Mezquita de Hassan II

Carlos Puig Padilla

La edad dorada tuvo lugar entre 1912 y 1956, bajo el protectorado francés. En ese periodo de tiempo se desarrolló una ciudad moderna, al estilo occidental, grandes avenidas con palmeras y preciosos edificios blancos art déco. También se construyó un gran puerto, el mejor del país, lo que intensificó la actividad económica de la ciudad. No sorprende que Casablanca jugara un papel crucial en la Segunda Guerra Mundial, cuando Roosevelt y Churchill se reunieron aquí para planear la estrategia aliada. El tiempo siguió su curso y Mohammed V puso fin al dominio colonial, abriendo un nuevo capítulo para Marruecos.

Desde entonces, además de ser una ciudad de negocios, Casablanca acoge a un gran número de jóvenes que emigran de las zonas rurales en busca de un futuro mejor. Uno se da cuenta de ello, sobre todo por las noches. Hay un gran número de bares y discotecas abiertos en la Corniche (un paseo marítimo quilométrico junto al Atlántico con edificios y hoteles de lujo). El tráfico a esas horas es todavía mayor que durante el día, de hecho hay atascos y es difícil circular. 

Unas jóvenes se divierten en la noche marroquí

Unas jóvenes se divierten en la noche marroquí

Carlos Puig Padilla

Es posible ver a chicas guapísimas ataviadas con trajes típicos que se divierten gritando el zaghrouda (el sonido que se produce al mover la lengua de lado a lado), mientras celebran una despedida de solteras, o bien chicos hip-hop con pantalones caídos y zapatillas vistosas, hasta camisas tropicales y vestidos con tachuelas y tacones infinitos… La mezcla es tan diversa como la propia ciudad.

Lo curioso es que muchos turistas pasan de largo. Prefieren Marrakech, Fez o destinos más exóticos. Pero lo interesante de Casablanca no está solo en lo antiguo, sino en esas avenidas amplias llenas de edificios art nouveau, art déco, brutalistas y neomoriscos que se alinean alrededor del bulevar Mohammed V. Por ahora no hay masificación ni vendedores insistentes, lo que la convierte en un placer para descubrir a tu ritmo. Como escribió Paul Bowles: “Casablanca no es Marruecos, es un enclave extranjero, una uña extraña que se clava en el flanco de Marruecos”.

Hall del Royal Mansour Casablanca

Hall del Royal Mansour Casablanca

Carlos Puig Padilla

Esta es una urbe con mucho por ofrecer, sobre todo a los amantes de la buena vida, a los disfrutotes. Y en este cambio tiene mucho que ver la familia real, que apuesta por el lujo para atraer a un turismo más exquisito. Un ejemplo es el histórico Royal Mansour, primer cinco estrellas de Casablanca. Conserva ese savoir-faire de los años cincuenta, pero hoy brilla renovado, elegante y actual. Su ubicación, al lado del puerto, en la avenida des Fars, lo convierte en un punto de partida perfecto.

De cuando estuvieron los españoles, portugueses e italianos quedan bonitas casas con jardín convertidas ahora en chalets de lujo. En Anfa, los franceses levantaron casas en los años treinta que ahora son chalets de lujo. En El Ciel, el barrio de moda, residen muchos de los llamados nuevos ricos. Y en Maârif, las Twin Center diseñadas por Ricardo Bofill en 1998, las gemelas de 115 metros y 28 plantas, se han convertido en un símbolo de modernidad rodeado de tiendas, cafés y restaurantes. El siglo XXI ha llegado con fuerza a esta ciudad, que suma a su paisaje edificios de geometrías imposibles en su distrito financiero

aparece el Morocco Mall es un gigante comercial frente al mar

aparece el Morocco Mall es un gigante comercial frente al mar

Carlos Puig Padilla

Y entre tanta arquitectura aparece el Morocco Mall, un gigante comercial frente al mar. Sus 190.000 m² distribuidos en tres plantas albergan 350 tiendas. Aquí conviven Dior, Gucci, Louis Vuitton y Armani con marcas marroquíes de lujo, como Ara Blanco o los caftanes de Leila Hajoui. Un verdadero paraíso para los amantes de las compras.

La gastronomía saca músculo, desde veraniegos beach club junto a la playa y vistas al mar, como Le Piloti, hasta alta cocina marroquí con vistas panorámicas en la ciudad, como en La Grande Table Morocaine, donde se sirve comida tradicional con un punto de vanguardia. Imposible no comer marisco estando en una zona de puerto como en Le Cabestan, a la sombra del faro de El Hank, Fundado en 1927, es uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad o en busca de un brunch más actual como el que ofrece La Sqala Café Maure situado en un exuberante jardín dentro de una fortaleza del siglo XVIII. Son solo ejemplos, porque lo cierto es que las opciones son infinitas.

Casablanca es, sin duda, el próximo destino a descubrir en Marruecos.

Barrio de Anfa con una villa en art déco

Barrio de Anfa con una villa en art déco

Carlos Puig Padilla
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