Las casas de madera 'bordadas' por las mujeres de Cicmany, en Eslovaquia

Mundo insólito

Los dibujos geométricos realizados a mano con pintura blanca pretendían alegrar la vista y levantar el ánimo general en los duros días invernales de los Cárpatos

Cenefas de color blanco decoran 136 casas de la localidad de Cicmany

Cenefas de color blanco decoran 136 casas de la localidad de Cicmany

Getty Images

La localidad de Cicmany se encuentra al abrigo de los llamados Pequeños Cárpatos, que recorren el sector más occidental de Eslovaquia. Al llegar a su valle, la inclinación de los tejados de las casas da una información inequívoca: las nevadas invernales son severas. De ahí que las viviendas muestren mayoritariamente una cubierta de dos aguas muy inclinadas. En Cicmany, además de eso, pasan cosas interesantes del techo hacia abajo.

Su arquitectura tradicional se ha basado en el material más abundante de la zona: la madera. Como Cicmany tiene una nada desdeñable media de horas de sol al año, se acostumbraba a tratar las paredes exteriores con una pintura que las protegía de la sequedad y el desgaste solar. Pero quedaban muy oscuras, lo que daba un aspecto sombrío a la población. Las mujeres hallaron una manera de alegrarse la vista y levantar el ánimo general en los duros días invernales: decorarlas a mano.

El paseo por Cicmany ofrece el regalo de 136 casas con cenefas que llenan diferentes espacios. Son de pintura en blanco que contrastan fuertemente con el marrón oscuro de la base. Y lo original es que reproducen los dibujos geométricos, botánicos y faunísticos que tradicionalmente han formado parte de los bordados textiles de los Cárpatos. 

Cicmany está declarada Reserva Histórica de la Arquitectura Tradicional

Cicmany está declarada Reserva Histórica de la Arquitectura Tradicional

Vilo Mucha

Así, las mujeres de hace más de doscientos años bordaban de verdad sobre sus telas en invierno –cuando muchas de las actividades quedaban bloqueadas por el frío y la nieve– y también en verano, pero en la actualidad lo hacen de manera “virtual”, con una brocha en la mano.

Cicmany está declarada Reserva Histórica de la Arquitectura Tradicional. Es un museo al aire libre, pero ello no significa que se trate de una momificación, porque en el pueblo todavía viven unas 200 personas de manera permanente. 

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Además, se ha habilitado la casa Radenov dom como centro de interpretación para que los visitantes entiendan qué les están contando las paredes exteriores de los edificios. Un panel en eslovaco e inglés explica qué simboliza cada cruz, aspa, ave, cenefa, rombo o voluta. Generalmente son iconos protectores, y tienen relación con la vida y la fertilidad.

Además de Radenov dom, hay otra casa abierta para que los viajeros puedan ver la estructura interna y la distribución de espacios. Aunque Cicmany sigue bastante lejos de considerarse un lugar turístico –en realidad, como toda Eslovaquia–, ya hay algunas de las viviendas tradicionales que se han convertido en hostales y apartamentos. Ello permite a los foráneos pasar por lo menos una noche en el pueblo, en lugar de huir a las pocas horas. Así se puede saborear mejor cómo era la vida tradicional de esa zona forestal del país.

Inicialmente la decoración se había reservado para las esquinas de las casas, pero poco a poco fueron ganando terreno. Y ahora pueden verse galerías y balcones pintados o franjas inferiores de los edificios. Pero también hay algunas que revisten las cuatro paredes. 

La arquitectura no es uniforme, pero toda ella se basa en la estructura de madera y el tejado de pizarra, materiales ideales para afrontar las bajas temperaturas. Las actuales casas tienen poco más de un siglo, pues en 1923 un gran incendio destruyó casi todo el pueblo.

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