Una mañana cualquiera, la puerta estaba cubierta de pétalos rosados. No era la primera vez. Cada día, sin falta, un nuevo regalo perfumado aparecía en el umbral. No venían de un admirador secreto ni de un vecino detallista, sino de una visitante de cuatro patas con una misión que iba mucho más allá de lo que parecía: “¿Quién quiere pareja si te tratan así?”.
Aalish tardó en comprender lo que sucedía. Primero pensó que el viento arrastraba las flores desde algún jardín cercano, hasta que vio a la gata en plena acción. Con precisión recogía las camelias con suavidad y las dejaba junto a la casa. “No me lo podía creer. Esta gata nos trae flores”, contó, aún sorprendida por la devoción de su amiga felina.
Mensaje oculto
Las camelias son una señal de gratitud
Al principio, la idea de que lo hiciera por simple instinto parecía suficiente, pero la historia tenía más profundidad de la que imaginaba. El descubrimiento llegó tras una visita rutinaria al veterinario. Lo que parecía un simple chequeo terminó en una revelación que no se esperaba: la gata estaba embarazada.
En ese momento, algo cambió para Aalish. Sintió que no era una coincidencia que sus caminos se hubieran cruzado. “Creo que en ese momento me di cuenta de que nos necesitábamos”, explicó. Y así, sin dudarlo, decidió ayudarla a encontrar un hogar para los futuros cachorros.
Tiempo después, cuando ambas se mudaron a una nueva casa, la conexión entre la gata y las flores cobró aún más sentido. El jardín estaba repleto de arbustos de camelias, ocho, nueve, quizás diez. Era su lugar predilecto, y cada vez que tomaba una flor, lo hacía con un respeto casi reverencial.
La elección no era casual. Las camelias simbolizan devoción y gratitud, como si la gata, de alguna manera, comprendiera su significado y quisiera expresar con ellas un mensaje que iba más allá de las palabras.