Hace ya algún tiempo que conozco a Luis Juárez, pero lo que jamás imaginé es que, en su casa, la mítica serie de dibujos animados Tom & Jerry cobrara vida y se materializara a nivel cotidiano, día tras día.
Vive en Barcelona con su mujer y sus dos hijos. Es un entusiasta empresario de poco más de treinta años, y trabaja en Sighore ICS, una compañía de sistemas informáticos para el sector de la restauración. Se trata de una empresa familiar, y él y Marta (su hermana) representan la segunda generación. Jorge, padre y fundador, sentó las bases en el año 1995 y, justo ahora, celebran 30 años de innovaciones constantes.

Luis y Merry
Me habla de sus primeros animalitos: “Habíamos tenido un pez, una iguana, una tortuga e incluso un cangrejo de río, que salvamos de la olla de mis padres… Pero resulta que lo metimos en el terrario de la tortuga, y va el cangrejo y ¡se zampa a la tortuga! Fue alucinante”.
Con Charline, su esposa, un buen día decidieron tener un gato en casa. “Ahora ya ha cumplido 7 años y se llama Pippin, como el hobbit de 'El Señor de los Anillos'. Es el hobbit más patoso, como nuestro gato, que lo tira todo y es un verdadero desastre. Es un gato-hobbit ultra despistado. Eso sí, es precioso, un Scottish Fold con las orejas clásicamente muy caídas. La personalidad de mi gato es brutal. Es tremendamente perezoso, mega patoso y absolutamente antisocial. No quiere interactuar con nadie, salvo con mi mujer y, a veces —cuando le apetece—. Lo cierto es que pasa de mí y de los niños”.
Pippin es como el hobbit más patoso: lo tira todo, es un desastre y vive en su mundo. Es un gato-hobbit ultra despistado
A Pippin le encanta despertarlos cada día, sin falta, a una hora intempestiva: “Es como un reloj suizo, pura precisión. Justo a las 6 de la mañana nos pone en pie a mi mujer y a mí, esa es su misión. Y lo más increíble es que, cuando ya estamos levantados, va y se larga a su camita… ¡y se pone a dormir!”.

Merry y Pippin son como 'Tom & Jerry'
Este gato, por lo que parece, quiere marcar territorio e imponer su propia ley doméstica: “Le cambio la arena y se lo dejo todo nuevo, impecable. Y lo primero que se le ocurre es cagarse fuera y dejarlo todo perdido. Quiere demostrar su fuerza. Otro ejemplo que me pone de los nervios: tenemos un balcón, pues va, se pone frente a la puerta, maullando sin descanso. Le abro para que salga, y de repente lo veo dar un brevísimo paseíto por ahí afuera, y enseguida vuelve a entrar. Manda él”.
Pero lo más cómico de todo, y casi surrealista, es que resulta que es el gato quien le tiene miedo al hámster, y no al revés. Luis me cuenta que el roedor llegó a su hogar el Día de Reyes, hace dos años. “Por pura lógica, es evidente que debería ser el gato el que acabara comiéndose al hámster. Pero en nuestra casa todo eso de la lógica, al parecer, no funciona. Aquí es el hámster el que persigue al gato, y es el gato el que sale despavorido, huyendo del minúsculo roedor. Ojo al dato: el hámster pesa 20 gramos y el gato 8 kilos”.

Pippin es el soberano de la casa de Luis
Me explica que su hámster es de raza Roborowsky: “Aseguran los expertos en etología (comportamiento animal) que esta raza de hámster es la menos sociable del mundo, son muy ariscos. Total, que al final resulta que son el uno para el otro. Los dos son antisociales, tienen caracteres imposibles, pero el hámster siempre impone su poder”.
Por lógica el gato debería comerse al hámster, pero aquí la lógica no funciona. El hámster persigue al gato, y el gato huye despavorido
El micro roedor en cuestión se llama Merry (como el hobbit mejor amigo de Pippin en El Señor de los Anillos). “Total, que gato y hámster son el uno para el otro. Son tal para cual. Se odian, pero no pueden separarse nunca. Se comportan como los míticos cartoons Tom y Jerry… Tom es el ratón que persigue al gato Jerry”. “En mi casa, 'Tom & Jerry' se han escapado de los dibujos animados y se han encarnado en un hámster que persigue a un gato. Un roedor de 20 gramos aterrorizando a un felino de 8 kilos”.