Australia es tierra de canguros, no Estados Unidos. Pero a veces, la lógica se toma un descanso y las normas geográficas también. Porque lo que parecía un tranquilo sábado en Carolina del Sur acabó convertido en una persecución insólita. No hubo criminales ni coches a toda velocidad, pero sí una cabra con alma de libertadora y un canguro decidido a darlo todo.
Todo empezó cuando un vecino del condado de Horry miró por la ventana y vio lo que menos esperaba en mitad de una calle residencial: un canguro campando a sus anchas. Alguien avisó a la policía y, sin mucho margen para entender qué estaba pasando, una patrulla llegó al lugar para perseguir a la curiosa mascota.
Sin vigilancia
El canguro y una cabra hicieron equipo
No hizo falta helicóptero, pero casi. Lo atraparon tras unos minutos de confusión y lo devolvieron a su casa, donde su dueña aún no sabía ni que se había escapado. Lindsey Richardson, propietaria del animal, contó en Facebook que estaba en pijama cuando la despertaron para avisarle del asunto. Revisando el cercado, descubrió que la responsable del escape era Blue, una cabra que había adoptado de un refugio.
Según explicó, la razón por la que estaba “en el refugio es porque le gusta escaparse y nadie la reclamó”, y añadió con resignación: “Así que supongo que quiso que todo el mundo saliera a divertirse y eso incluyó a JJ. Así que sí, Blue es la culpable, pero la queremos”.
La estrella de esta aventura se llama JJ y, aunque salte como si llevara toda la vida en el monte, no sabría sobrevivir en libertad. Richardson explicó que “JJ es un bebé criado con biberón, así que originalmente estuvo en un pequeño zoológico interactivo. JJ nunca podría vivir en la naturaleza ni ir a ningún sitio porque todo lo que conoce es esto”.
En mitad del desconcierto, destacó el papel de los agentes, señalando que estaba “muy agradecida por ese policía que tenía una cuerda de guía, porque si no fuera por él, no sé si habría podido cogerlo”.
El revuelo ha puesto sobre la mesa algo más: en Carolina del Sur, tener un canguro es legal y ni siquiera se necesita permiso. “Es más fácil conseguir un canguro que adoptar un perro”, apuntó Richardson, que también mencionó que como enfermera quiere utilizar animales para apoyar terapias de salud mental.
Aun así, un gran número de personas que vieron el vídeo de la captura fueron tajantes: "No es gracioso tenerlo como mascota”. Pese a que hubo muchas personas ofendidas, JJ volvió junto a Richardson, aunque ahora Blue está en vigilancia intensiva tras habérselo ganado a pulso.