Los cuidados de una san bernardo a unos gatos enamoran: “Grandes perros y gatitos bebés, son mi criptonita”

Mamá adoptiva

Esta gran perra se emociona mucho cuando un nuevo grupo de felinos llega a su casa

Finge estar atrapado para ver si sus san bernardo le salvan y el resultado es surrealista: “El ladrido de socorro”

Dakota cuida de los mininos y les enseña a estar con perros

Dakota cuida de los mininos y les enseña a estar con perros

Una san bernardo que actúa como madre de una camada ajena no es algo que se vea todos los días. Dakota, una perra enorme, se desvive por unos gatitos que ni siquiera son suyos. Se acerca a ellos con tanta delicadeza que parece que hubiera pasado toda su vida entre felinos. Y no es una forma de hablar: durante buena parte de su crecimiento, Dakota convivió con gatos. 

No les ladra, no los asusta, no los molesta. Los cuida, los espera, y hasta los recibe como si fueran sus propios cachorros. “¿Quieres ver a los bebés?” es la frase que en casa activa su radar. Basta con decirlo para que suba las escaleras a toda prisa, se siente a la entrada del cuarto y empiece a olisquear con ansiedad. 

Reacción automática

Una perra enorme que trata a los gatitos como si fueran suyos

Su cuerpo tiembla ligeramente mientras se contiene. No salta ni se lanza encima de los gatitos. Baja la cabeza y espera. Solo cuando alguno se le acerca, reacciona con una especie de reverencia. A veces incluso parece preguntarse si no serán suyos. “¿Son estos tus bebés?”, se oye decir en casa, entre risas.

El vínculo de Dakota con los gatos empezó pronto. Creció rodeada de ellos, así que adoptó muchas de sus conductas. Cuando llegan nuevos felinos en acogida, se comporta como una más del grupo. Incluso deja que los bebés se suban encima de ella. “Grandes perros y gatitos bebés, son mi criptonita”, asegura una de las usuarias que han visto el vídeo de los animales interactuando.

Según contó Jnel Dolores Winston, su cuidadora, la perra “se identifica como un gato, así que se agacha y espera a que se acerquen”. Pero se nota que está emocionadísima, ya que el cuerpo le empieza a temblar: “Es como: ay dios mío, se me están acercando”.

Cada vez que una camada llega a casa, el protocolo se repite. Un día o dos de margen para que los gatitos se adapten, y luego Dakota entra en acción: “Lo hago sobre todo porque ella no puede aguantarse. Sabe que están ahí”. Su entusiasmo no es solo un gesto bonito: también es útil. Ayuda a los gatitos a prepararse para hogares donde haya perros, les da confianza y les enseña que no todos los animales grandes representan una amenaza.

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En un entorno con tantos animales buscando hogar, la presencia de Dakota aporta algo valioso. Su manera de integrarse en el proceso facilita la adaptación y convierte cada acogida en una experiencia más llevadera para los gatitos.

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