Una mujer escucha ruidos en el porche de su casa y se encuentra con un alce gamberro robándole la compra: “Te he pillado antes de que pudieras hacerlo”
Con las manos en la masa
El vídeo muestra cómo le habla con naturalidad y frena con humor cuando intenta colarse por la puerta como si fuese algo habitual
Invita a un oso a salir de la zona en la que están y le sale mal
El alce estaba metiendo el hocico donde no debía
La puerta estaba entreabierta y, al otro lado, volvía a estar el hocico de siempre. Uno grande, oscuro y curioso, metido en los asuntos ajenos. Ni se asustó ni reculó. Era mayo y en Alaska eso puede significar muchas cosas, incluso que un alce intente colarse en casa por segunda vez para rebuscar entre las bolsas del súper. A esas alturas, la visita ya no sorprendía, pero sí que tenía gracia.
AKBorealisGirl, una usuaria de TikTok, publicó un vídeo donde aparece frente al animal, hablándole como si fuese alguien conocido. En la grabación, que acumula miles de reproducciones, se escucha cómo mantiene una especie de conversación con el alce mientras este insiste en asomarse por la puerta.
Mucha complicidad
Una visita muy insistente que parece conocerse bien la casa
En un momento concreto del vídeo, justo cuando el animal intenta colarse, se la oye decir: “Te he pillado antes de que pudieras hacerlo”. En el texto que acompaña la publicación, ella misma aclara que, aunque tenga cierta confianza con el animal, no lo trata como una mascota.
En otro fragmento, se escucha a la mujer soltar una carcajada mientras el alce permanece impasible en la entrada. Según algunos comentarios, lo más probable es que el animal haya estado visitando esa zona desde que era una cría o que reciba comida con frecuencia, aunque no hay pruebas de que así sea. La mujer no menciona si ha tenido contacto previo, aunque por la forma en que se dirige a él, parece que no es la primera vez que se cruzan.
Las reacciones de la gente no tardaron en llegar. Una usuaria comentó: “La forma en la que me mordería porque tengo la necesidad de tocarle la nariz. ¡Es que no lo puedo evitar!”. Otros bromearon con que el alce era la nueva mascota de la casa o que, por su insistencia, merecía al menos una banana. Entre los mensajes también hubo quienes alertaron sobre el peligro de tener a un animal salvaje tan cerca.
Desde su propia cuenta, AKBorealisGirl respondió a uno de esos comentarios y explicó que, aunque le gusta hablarle, nunca intenta acercarse demasiado, porque sabe que “los alces son extremadamente impredecibles”.
No es raro ver a estos animales deambular por zonas habitadas en Alaska, sobre todo en épocas en las que buscan comida. Lo curioso en este caso no fue que el alce estuviese allí. Fue que volviese.