La tierna imagen de un burrito feliz por poder correr libremente tras dos días encerrado por culpa de las tormentas: “Ojalá tuviera una pizca de su energía”

La valla apenas la frenó. Ni los dos días encerrada, ni el barro del terreno lograron que Stella pisara el freno. En cuanto tuvo vía libre, salió disparada como un cohete. Patas cortas, orejas saltando y giros inesperados en todas direcciones. No le hizo falta mucho más: con el prado abierto, la pequeña burra se convirtió en un torbellino de energía.

El vídeo lo grabó Chelsea Caldwell, que había tenido que dejar a Stella dentro del establo durante dos jornadas seguidas por culpa de la lluvia y el mal tiempo en su zona. Lo subió a su cuenta de TikTok, y la reacción no se hizo esperar. Entre carreras alrededor del establo y pequeños rebuznos, Stella protagonizó una secuencia que acabó generando cientos de comentarios.

Una de las usuarias escribió que “el vídeo necesitaba sonidos de coche de carreras“”, mientras otra persona apuntó que “Stella es totalmente una niña pequeña”. También hubo quien destacó los detalles más sutiles del clip: “Sus pequeños chillidos”. 

Lo que más llamó la atención no fue solo la velocidad con la que corría, sino su forma de cambiar de dirección sin previo aviso, como si jugara a esquivar enemigos. Mientras ella corría sin parar, la burra adulta que aparece junto a ella apenas reaccionaba. Una espectadora comentó: “Me encanta cómo la madre la ignora completamente”.

En palabras de otra usuaria, “adoro las carreras de burros bebé”, y es que, aunque pueda parecer extraño, los famosos zoomies —explosiones súbitas de energía que se traducen en carreras descontroladas— no son exclusivas de perros o gatos. También las tienen los burros, los cabritos, los potros, e incluso algunos terneros y cerdos. “Ojalá tuviera una pizca de su energía”, lamenta un usuario.

Chelsea explicó en el vídeo que tuvo que dejar a Stella en el interior debido a las tormentas previstas en su zona: “La encerré dos días porque venía lluvia y tormenta”. La escena que grabó al liberarla fue exactamente la que cualquiera esperaría tras 48 horas de encierro para un animal joven con tantas ganas de moverse.

Después del estallido de energía, el descanso llegó por sí solo. Aunque no hay imágenes de la siesta, muchos de los que vieron el vídeo lo dieron por hecho. Al fin y al cabo, nadie mantiene ese ritmo mucho tiempo. Ni siquiera Stella.