En plena ola de calor, los gatos también sufren. Y aunque no lo digan —o lo disimulen como solo ellos saben—, el calor extremo puede afectar seriamente a su salud. Para prevenir golpes de calor, apatía o deshidratación, la experta en salud felina Desirèe Olmeda ha compartido en su cuenta de Instagram (@brodelsandcat) un vídeo con cinco consejos básicos y accesibles para refrescar a nuestros compañeros de cuatro patas.
“Este es un clásico en nuestra casa y me lo enseñó mi chico, lo hacía con susurrones y es lo mejor”, cuenta Olmeda mientras muestra su truco estrella: congelar una botella de agua, envolverla en una toalla y colocarla en el suelo. “Siempre va a haber algún gato tumbado cerca de ella”, asegura. Y lo dice con conocimiento de causa: “Nada más que hay que ver la cara de felicidad de mi hijo tumbado encima”.
Agua limpia, fresca y renovada a diario
Toallas congeladas, esterillas refrigerantes y cambios en la dieta
Otra alternativa casera es mojar una toalla, meterla en una bolsa y dejarla un par de horas en el congelador. Pero si queremos ir un paso más allá, Olmeda recomienda las esterillas refrigerantes como opción top: “Sin duda se llevan el primer puesto. Ayudan a bajar la temperatura corporal y estas son súper seguras”.
También menciona otras soluciones útiles como las esterillas aislantes sin gel, ideales para quienes prefieren evitar componentes sintéticos o químicos.
Además del descanso, la alimentación juega un papel clave en la regulación térmica del felino. Por eso, Olmeda aconseja fomentar el consumo de alimento húmedo y sustituir los snacks habituales por alternativas como sopas, caldos o snacks líquidos que aporten hidratación extra.
Además del descanso, la alimentación juega un papel clave en la regulación térmica del felino. Por eso, Olmeda aconseja fomentar el consumo de alimento húmedo y sustituir los snacks habituales por alternativas como sopas, caldos o snacks líquidos que aporten hidratación extra.
Con pequeños gestos como estos, se puede marcar una gran diferencia en el bienestar de nuestros animales durante los meses más calurosos. Y, como suele ocurrir con los gatos, muchas veces no hace falta complicarse: basta una toalla y una botella helada para que encuentren su rincón ideal.

