Pocas razas tienen una fama tan marcada como el shiba inu cuando se habla de distancia emocional. Esta raza japonesa no se caracteriza precisamente por buscar el contacto físico ni por mostrar entusiasmo cuando hay gente alrededor.
Aunque comparten casa con humanos, muchos Shiba mantienen una actitud reservada, que a veces se interpreta como orgullo o desdén. Suelen preferir la independencia, tienen un carácter fuerte y, en general, marcan límites claros incluso con quienes conviven a diario con ellos.
Harto de la gente
La reacción del perro no pilló por sorpresa a quienes saben cómo son
En ese contexto, el vídeo publicado por una usuaria de TikTok llamada Valerie no sorprendió a quienes ya conocen bien esta raza. En las imágenes, grabadas desde la planta de arriba, se ve al perro perfectamente plantado junto a la puerta de entrada. Está sentado, lleva el arnés puesto y mira hacia su cuidadora como si ya tuviese clara su decisión. No hay rastro de ansiedad ni de emoción, solo espera a que alguien le abra para irse.
La escena ocurre en medio de una fiesta en casa. Se aprecian zapatos por todas partes y un ambiente animado, típico de una reunión con amigos. Sin embargo, el shiba no participa de nada. No está en el salón ni ronda a nadie. Se mantiene a distancia, con el pensamiento fijo de que alguien acuda en su rescate.
En el propio vídeo se aclara que esa actitud no es nueva. El perro tiende a evitar reuniones y situaciones donde haya mucho jaleo, y cuando se celebran eventos en casa, suele buscar refugio en la zona más tranquila. En este caso, directamente se planta en la puerta como forma de decir que ya ha tenido suficiente.
Más allá del momento concreto, lo que llamó la atención fue la forma en que el shiba ignora por completo todo lo que ocurre a su alrededor. Aunque se supone que hay gente a pocos metros, el perro mantiene la postura firme, como si no existiera nada más relevante que salir de allí.
Sin necesidad de ladrar ni moverse, dejó clara su postura. Mientras la fiesta seguía en la casa, él aguardaba abajo, ajeno a todo y con un único objetivo en mente: marcharse. Una escena corta que encaja perfectamente con el carácter por el que tantos identifican a los shiba inu.