La vejez en los perros no siempre llega de forma evidente. Algunos empiezan a caminar más despacio, otros pierden fuerza en las patas traseras o muestran menos interés por ciertos juegos. Lo que antes hacían sin esfuerzo, como subir escaleras o correr por el jardín, pasa a requerir más tiempo o incluso se vuelve imposible.
Aunque muchos siguen siendo cariñosos y atentos, su cuerpo ya no responde igual, y poco a poco van adaptando sus hábitos a sus nuevas limitaciones.
Eso es lo que ha empezado a ocurrirle a Hank, un golden retriever que aparece en un vídeo publicado por Chloe, su dueña, en TikTok. La grabación no muestra una caída ni un tropiezo, sino algo más sutil: la forma en que Hank, que ya no puede subir las escaleras hasta el dormitorio de Chloe, ha decidido dónde dormir para mantenerse cerca de ella.
Desde el suelo del piso inferior, justo en un punto muy concreto de la casa, el perro ha encontrado un lugar donde, al mirar hacia arriba, puede ver la puerta del cuarto de su dueña cada vez que se abre.
Chloe, que explicó todo esto en el propio vídeo, escribió que Hank ya no puede subir las escaleras como antes y que por eso ha escogido ese sitio para echarse. Desde allí, según muestra la grabación, el perro se acomoda de forma que le permite observar cada movimiento que ocurre en la planta superior. De esa forma, aunque no llegue hasta el dormitorio, logra mantenerse atento y no perder de vista la puerta que tanto le interesa.
La escena ha provocado muchas reacciones, no todas positivas. Algunos usuarios han criticado que Chloe no duerma en el mismo nivel que el perro o que no intente subirlo cargándolo en brazos.
Aun así, el vídeo ha tenido una gran difusión, y muchos otros han comentado que la elección de Hank demuestra hasta qué punto los animales pueden adaptarse para mantener su vínculo con las personas, incluso cuando su cuerpo ya no les permite seguir el ritmo de antes.