Reventar una piscina hinchable es cuestión de minutos si el usuario tiene cuatro patas y dientes afilados. Aunque parezcan una solución práctica y rápida para refrescarse en casa, estos modelos de plástico blando no aguantan los movimientos bruscos ni las mordidas de un perro que disfruta del agua con intensidad.
En cuanto una uña raspa el borde o un colmillo se clava en la base, la piscina se convierte en un charco. No es un fallo de fabricación. Es que, directamente, ese tipo de material no está diseñado para soportar animales que juegan con energía y sin demasiados miramientos.
Adiós a la piscina
Mocho disfrutó de su baño durante unos minutos antes de destrozar por completo
Mocho ha sido el último en descubrirlo. En un vídeo compartido en TikTok, se ve cómo su dueño le instala una piscina hinchable en la terraza para aliviar el calor. Al principio, el plan funciona. El perro, de tamaño medio y pelo rizado, se tumba plácidamente dentro mientras cae el agua de una manguera.
Pero el baño tranquilo dura poco. La siguiente imagen muestra el plástico completamente roto, restos del borde por el suelo y el agua esparcida por toda la terraza.
La escena ha provocado una mezcla de risas y resignación en redes. La persona que subió el vídeo escribió que había sido “la peor inversión del verano”, dejando claro que el experimento no salió bien. En los comentarios, varias personas compartieron experiencias similares con perros de agua como Mocho, una raza conocida por su actividad constante y su afición a desmontar objetos con la boca.
Una usuaria explicó que tuvo que optar por una piscina rígida tras un episodio parecido, porque “si la muerde, no se rompía”. Otro señaló que “todo lo rompen”, mientras alguien más resumió su experiencia diciendo que “la idea parecía buena, pero Firulais tenía otros planes”. En un mensaje más práctico, una dueña comentó que prefería no intentarlo, precisamente para evitar este tipo de desastres domésticos.
Más allá de la anécdota, el vídeo de Mocho vuelve a poner sobre la mesa una recomendación básica para quienes conviven con perros activos: si se busca una solución acuática para el verano, mejor optar por materiales resistentes. El plástico blando no es rival para unas mandíbulas activas.