Los animales de compañía con dueños adinerados pueden llegar a acumular lujos que muchas personas no disfrutan en toda su vida. Desde alimentación selecta hasta tratamientos de spa y estancias en hoteles de cinco estrellas, su día a día transcurre con una comodidad que en nada recuerda a la vida habitual de un perro o un gato.
Entre esos privilegios figuran viajes en las mejores condiciones posibles, con desplazamientos que incluyen asientos exclusivos, atenciones personalizadas y un confort reservado a muy pocos. En esa categoría entra una historia que en los últimos días ha circulado por redes y que tiene como protagonista a un perrito llamado Winston.
A gastos pagados
Un corgi viaja en primera clase y se convierte en el protagonista de un vuelo
Este corgi aparece en uno de sus vídeos recostado en una cama de primera clase durante un vuelo. La grabación muestra al animal estirado, con una almohada, un peluche y un espacio completo para él, mientras duerme profundamente hasta llegar a su destino. La pieza dura apenas diez segundos, pero ha bastado para que el contenido se vuelva viral.
Las imágenes han despertado reacciones opuestas. Una parte de los comentarios critica que un perro disfrute de ese tipo de comodidades, aludiendo a que hay personas en situaciones precarias. Entre las comparaciones más repetidas se menciona a familias que no pueden pagar un alquiler o a comunidades que sufren escasez de alimentos, mientras el animal viaja con todas las atenciones de la clase más cara.
Otros usuarios han optado por tomarlo con humor, destacando la ironía de que un perro disponga de mejores condiciones de vuelo que muchos pasajeros habituales. En medio de esos intercambios, también han aparecido opiniones que restan importancia al asunto, centrándose más en lo curioso de la escena que en el debate sobre el gasto. ”A la gente no le gusta admitir que son envidiosos”, ha reconocido uno.
La dueña de Winston no ha respondido a los comentarios publicados en la red social, aunque el perfil del perro sigue mostrando otros momentos de sus viajes y actividades. En cualquier caso, la imagen de un corgi viajero profundamente dormido sobre una cama de avión sigue siendo hipnótica.