Arón Sánchez Ruiz, educador y adiestrador de perros desde 2006, comparte a través de sus redes sociales @tailymood una advertencia que muchos dueños de mascotas pasan por alto: ignorar a los perros cuando nos vamos de casa y cuando regresamos puede tener consecuencias negativas para su salud emocional y para la relación que tenemos con ellos.
Según el experto, lo ideal es dedicar atención y calma a nuestro perro en esos dos momentos clave del día. “Hacer caso al cachorro cuando te vas de casa y cuando llegas es lo mejor que puedes hacer”, asegura. El motivo es sencillo pero profundo: para cualquier cachorro, quedarse solo en casa es un auténtico trauma.
@tailymood_adiestramiento ¿Hacer caso a tu cachorro cuando te vas de casa o justo cuando llegas? Es bueno o malo. Te lo cuento en el vídeo. #educacioncanina ♬ sonido original - aaron_tailymood
Sánchez explica que, para los animales, la ausencia del dueño no es algo fácil de comprender ni de aceptar. Son animales sociales por naturaleza, preparados para vivir en compañía. Cuando se quedan solos por primera vez, se asustan, se sienten inseguros, y su organismo reacciona con un aumento del ritmo cardíaco y un pico de cortisol, la hormona del estrés.
Aunque muchos perros, al llegar a la etapa adulta, logren quedarse solos en casa, lo hacen más por resignación que por comodidad. “A ninguno le gusta”, recalca el adiestrador. Esa aparente adaptación no significa que no sufran, sino que han aprendido a soportar la situación.
Ignorar al animal al salir o al regresar, lejos de ayudarle, agrava la sensación de soledad. Además, se pierde una oportunidad de oro para tranquilizarle y reforzar el vínculo afectivo. “Un momento de conexión en esos instantes marca la diferencia en la forma en que el perro vive tu ausencia”, afirma Sánchez.
Varios estudios respaldan esta afirmación. El más reciente, realizado con 940 perros, concluye que interactuar de forma tranquila con la mascota justo antes de irse y al llegar a casa reduce la probabilidad de desarrollar ansiedad por separación. Además, fortalece la confianza y el lazo emocional entre perro y dueño.
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“Hacer caso al cachorro cuando te vas y cuando llegas es lo mejor que puedes hacer para su bienestar emocional”, Arón Sánchez Ruiz
La recomendación es clara: dedica unos segundos a despedirte de tu perro y a recibirlo con cariño. No se trata de convertirlo en un ritual exagerado, sino de mostrarle calma, seguridad y afecto. Con pequeños gestos, se puede transformar la experiencia de quedarse solo en algo mucho menos traumático y mucho más llevadero para ellos.