En las casas con piscina, los días de calor suelen traer juegos que terminan en risas y carreras alrededor del agua. Entre chapuzones y lanzamientos de objetos, no falta quien aprovecha el momento para poner a prueba la destreza de su mascota.
El resultado, a veces, se convierte en un espectáculo que deja claro que los animales tienen sus propios métodos para resolver cualquier reto que se les presente, incluso cuando parece tan simple como recuperar un juguete hundido en el fondo.
Técnica peculiar
El pequeño terrier sorprende con un salto que lo lleva directo al fondo de la piscina
En uno de esos juegos aparece un jack russell terrier, pequeño de tamaño pero lleno de energía, que se lanza decidido al agua de una piscina particular. Desde dentro del agua, la cámara enfoca cómo el perro va directo hacia el juguete atado con una cuerda que parece haber terminado en el fondo. El animal no duda en saltar y sumergirse para alcanzarlo, mostrando una confianza absoluta en cada movimiento.
Lo llamativo llega justo en el momento en que empieza a descender. En lugar de hundirse de forma recta, el perro comienza a girar sobre sí mismo con rapidez, como si fuera un torbellino bajo la superficie. Las vueltas se suceden una tras otra hasta que logra atrapar el objeto, y entonces asciende con la misma energía con la que se lanzó, sin perder en ningún momento el control de la situación.
La secuencia resulta divertida porque transforma un gesto habitual en una especie de acrobacia acuática. Lo que para otro perro podría resolverse con una simple zambullida, este jack russell lo convierte en una técnica peculiar que sorprende por lo poco común que es.
Tras ver el vídeo, varios usuarios comentaron la destreza del animal. Uno de ellos escribió: “Ese perro es un auténtico torpedo en miniatura”. Otro apuntó: “Parece que ha inventado su propio estilo de buceo”. Entre bromas y comparaciones, muchos destacaron que el animal no solo logra recuperar el juguete, sino que lo hace de una manera que convierte la escena en algo casi hipnótico. ”Es alucinante cómo hace eso, me empiezo a preocupar”, dijo uno más.
Al final, lo que empezó como un simple juego de piscina terminó dejando una imagen difícil de olvidar: un perro diminuto girando como un remolino bajo el agua para salir triunfante con su premio entre los dientes.