Lo que parecía una forma casera de mantener a los pájaros alejados de una casa acabó teniendo el efecto contrario. Una mujer elaboró un búho de papel maché con la idea de asustar a las urracas de su jardín, pero su plan derivó en una escena curiosa: las aves se acercaron al muñeco como si lo vieran con respeto y no con temor.
La figura, con unos ojos verdes brillantes, se convirtió en el centro de atención de un grupo de urracas que comenzaron a rodearla y a mirarla fijamente.
Encantadas con su totem
La creadora del muñeco buscaba espantar a los pájaros y consiguió justo lo contrario
El vídeo, publicado en TikTok por una chica llamada Sarah, muestra cómo varias urracas se colocan alrededor del búho de papel maché, sin que ninguna intente alejarse. La creadora del muñeco buscaba un método sencillo para evitar que los pájaros molestaran en su casa, pero se encontró con una reacción completamente distinta. En lugar de huir, las aves parecían observar la figura como si tuviera un atractivo especial para ellas.
Algunas de las imágenes captadas dieron pie a comentarios que comparaban el comportamiento de las urracas con una especie de ceremonia. La sucesión de movimientos y la manera en que se acercaban al muñeco alimentaron la idea de que lo percibían como algo más que un simple objeto colgado en el exterior de una vivienda. La propia usuaria que compartió el vídeo destacó el contraste entre la intención inicial y el resultado final.
Las reacciones en la red social no tardaron en multiplicarse. Un internauta comentó que “creo que lo han confundido con una urraca muerta y están apenadas”. Otro apuntó con humor que “hoy en día todo el mundo menos yo está en una secta”. Entre las respuestas también se leía a usuarios que aseguraban que la situación les hizo reír a carcajadas, con frases como “tengo lágrimas corriendo por la cara”.
El búho casero de papel maché, ideado para mantener a las urracas a raya, terminó convertido en un inesperado punto de reunión para ellas. Y aunque la intención de su creadora no salió como esperaba, la imagen de las aves observando al muñeco ha dejado una estampa difícil de olvidar, más propio de una inocentada que de un sistema disuasorio.