No es raro que un gato acabe la jornada rendido después de haber pasado el día entero dando vueltas por la casa, metiéndose en líos y dejando todo patas arriba. Ese agotamiento se refleja en la forma en la que cae rendido, como si no le quedara una pizca de energía. Es justo lo que le ocurrió a un gato naranja, al que grabaron completamente dormido en el sofá tras un día que había sido cualquier cosa menos tranquilo.
La grabación muestra al animal tumbado de espaldas, con la panza al aire y profundamente dormido, como si se tratara del descanso más placentero del mundo. Además, se va moviendo para acomodarse, pero nunca sin cambiar realmente la postura. Resulta llamativo porque, según explicaron en el propio vídeo, durante las horas anteriores se había dedicado a provocar un desorden constante en la casa.
Malo como él solo
La siesta del felino contrastó con el desorden que había provocado antes
En el texto que acompaña a la publicación, la persona que convive con el gato bromeó con lo ocurrido y escribió: “Después de ser malo todo el día”. La imagen contrasta con la calma absoluta con la que aparece en el sofá, como si nada hubiera pasado y como si aquel torbellino del que hablaban no fuera con él.
El comportamiento del felino encajó de inmediato con lo que muchos dueños de gatos naranjas reconocen como un patrón común. Entre los comentarios de usuarios que vieron la publicación, uno señaló: “Nadie ha experimentado nunca su nivel de agotamiento”. Otro añadió con ironía sobre lo que sucede tras cada siesta: “Y entonces vuelve el impulso malvado”.
Tampoco faltaron testimonios de quienes se sintieron plenamente identificados. Una usuaria explicó: “Me despertó a las tres de la madrugada cada una de las dos últimas semanas y luego duerme con una sonrisa en la cara”. Esa visión generalizó la percepción sobre este tipo de gatos, hasta el punto de que otro internauta resumió: “Son literalmente todos los gatos naranjas”.
El contraste entre la energía que derrochan cuando están despiertos y la paz con la que caen rendidos después dejó una imagen que muchos reconocieron como muy familiar. Al fin y al cabo, parece que la siesta del sofá no es algo inusual, sino casi un requisito en la vida de estos felinos que parecen trabajar a jornada completa en eso de revolucionar la casa.