Como paso previo a tener un niño, muchas parejas optan por adoptar a un animal para que conviva con ellos. Es como una especie de prácticas antes de enfrentarse a un bebé, ya que al fin y al cabo las mascotas no dejan de ser como niños pequeños.
Tanto los perros como los gatos tienen sus maneras de comportarse. Cuando llegan a casa puede que estemos un poco desubicados y nerviosos, ya que tenemos miedo de tomar una mala decisión que afecte al animal en cuestión para mal.
Un cuidador de gatos para evitar que se queden solos
Es por eso que muchas personas optan por contratar los servicios de un 'cat sitter', un cuidador de gatos. Si te quieres dedicar a ello, la antrozoóloga Paula Calvo ha dado algunas claves en Instagram sobre lo que no hay que hacer con los felinos.
“Cuidar gatos no es un favor que pueda hacer cualquiera. Es una responsabilidad enorme y, al mismo tiempo, una profesión en auge que requiere observación, respeto y formación”, advierte la antrozoóloga en el post.
A continuación, pasa a enumerar lo que no hay que hacer con los felinos a la hora de cuidarlos: “Ignorar cambios en el apetito puede convertirse en un riesgo de salud grave como la lipidosis hepática; forzar la interacción rompe la confianza y genera más estrés; descuidar el arenero afecta directamente al bienestar y puede ser la primera señal de una enfermedad”.