Un perro se queda atascado al querer pasar por una puerta demasiado pequeña y su mirada de vergüenza lo dice todo: “Eso te pasa por no instalar una puerta más grande”

¿A quién se le ocurre?

El animal trató de cruzar por un hueco demasiado estrecho y terminó encajado, provocando una escena tan absurda como divertida que su dueña no dudó en grabar y compartir

Este perro labrador convierte su jaula en un reto de ingenio y termina saboreando la libertad: “Donde hay un hueco, siempre hay un perro dispuesto a encontrarlo”

Un perro quedó atrapado al intentar pasar por una abertura demasiado pequeña para su tamaño

Un perro quedó atrapado al intentar pasar por una abertura demasiado pequeña para su tamaño

Algunos perros aprenden por instinto qué puertas son las suyas, mientras que otros parecen necesitar una demostración práctica para entenderlo. En hogares con varios animales, los límites físicos pueden volverse difusos, sobre todo cuando uno de ellos tiene más tamaño y menos paciencia que el resto.

En esos casos, cualquier intento de atravesar una pequeña abertura puede acabar en una situación difícil de olvidar, como la que protagonizó un perro llamado Duke.

No calculó bien

Un perro quedó atrapado al intentar pasar por una puerta hecha para otro más pequeño

El animal intentó colarse por una puerta pensada para un compañero más pequeño y acabó atascado en ella. La escena quedó registrada por su dueña, que no pudo contener la risa al verlo aparecer con el marco del acceso encajado en el cuerpo. Según explicó en una grabación difundida después, el hueco estaba pensado “para nuestro perro más pequeño, pero él de alguna forma consiguió pasar”.

Duke, de pelaje atigrado y blanco, se esforzó por cruzar con tanta determinación que la puerta acabó cediendo. En las imágenes se aprecia cómo, al conseguirlo, se queda quieto unos segundos, con la mirada baja y una expresión que muchos describieron como de vergüenza. Pese a ello, su dueña aclaró que el animal no sufrió daño alguno y que poco después volvió a comportarse con total normalidad.

Usuarios que vieron el vídeo destacaron sobre todo su gesto, asegurando que parecía consciente del desastre. Algunos compararon su mirada con la de un niño que sabe que ha hecho algo indebido. La dueña, sin embargo, aseguró que Duke no estaba triste, solo sorprendido por el ruido y el golpe del marco.

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En una grabación posterior se le ve tumbado y tranquilo, aunque con la misma expresión apacible. Su dueña insistió en que la escena fue fruto del azar y que ya tiene previsto sustituir la puerta por una más grande. La historia terminó sin incidentes, con un perro satisfecho y una familia que, al menos, aprendió a medir mejor las dimensiones antes de instalar la siguiente.

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