Tener un perro puede ser inmensamente gratificante, sin embargo, en algunos casos también puede volverse una pesadilla. Y es que, cuando pensamos en perros, muchos imaginan un momento divertido en el parque, los momentos graciosos que aportan estos animales y la compañía que dan cuando llegas a casa y te reciben en la puerta, pero tener un perro es mucho más que estos momentos.
Tal vez te estás planteando adoptar o comprar un perrito o tu hijo o hija lleva tanto tiempo insistiéndote en que quiere uno como mascota que estás a punto de decir que sí. Sin embargo, antes de tomar esta decisión tan importante, hay que repasar una serie de preguntas esenciales, y van más allá de la típica pregunta que probablemente le hayas hecho a tu hijo si te está pidiendo tener un perro: ¿lo vas a sacar tú a pasear o te vas a cansar rápido y voy a terminar haciéndolo yo?
Aspectos como la convivencia con niños o el tiempo libre del que uno dispone deben ser tenidos en cuenta antes de tomar la decisión de adoptar un perro
El objetivo de hacerse estas preguntas es saber si estás listo o no para asumir la responsabilidad que conlleva cuidar una mascota. Y es que, de la misma forma que cuando uno se plantea tener un hijo debe analizar si aspectos como su situación económica, su tiempo libre y su momento vital están alineados con este deseo, lo mismo tiene que pasar cuando uno se plantea adoptar a un perro.
El perro va a necesitar paseos diarios varias veces al día, visitas al veterinario, cuidados básicos de higiene o alimentación y tiempo libre para estar junto a él para que no termine pasando todo el día solo en casa mientras sus dueños están estudiando o trabajando, entre otras necesidades.
Los retos que supone el cuidado de un perro son numerosos, y hoy nos vamos a centrar en dos de los más comunes que deben tenerse en cuenta para saber si se está preparado para acoger a uno: el espacio y la limpieza.
Respecto al espacio, hay que tener presente que los perros no solo están en casa para darnos una alegría, sino que tienen sus propias necesidades, y una de ellas es poder moverse, hacer ejercicio, jugar y estar al aire libre. Esta es la manera en la que los canes necesitan gastar su energía a diario, por lo tanto, antes de tener un perro habrá que pensar en qué tipo de perro se puede tener dependiendo del lugar en el que uno viva.
A tener en cuenta
Es esencial pensar si se tienen espacios adecuados para un perro y tener presente que van a generar desorden antes de tomar la decisión de traer uno a casa
Y es que no son iguales las necesidades de un perro grande como un pastor alemán que las de un chihuahua o un caniche. El perro necesita vivir en un lugar con suficiente espacio proporcional a su tamaño. Un perro pequeño, como un caniche toy puede adaptarse bien a una casa pequeña con un pequeño balcón o patio abierto. Sin embargo, un perro grande y enérgico, como un borzoi o un husky, necesitará mucho espacio abierto al que pueda acceder y correr fácilmente.
Respecto a la limpieza, hay que tener presente que es común que los perros desordenen la casa: pueden dejar mucho pelo en todos lados, revolcarse aquí y allá, destrozar juguetes para morder e incluso dejar excrementos por la casa, especialmente si son cachorros que todavía no han aprendido a hacer sus necesidades en el lugar para ello.

