“Llevar al gato al veterinario solo cuando está enfermo puede ser demasiado tarde”: la importancia de las revisiones periódicas

Cuidado animal

Detectar a tiempo un problema de salud puede marcar la diferencia entre una solución rápida y una situación grave

Un 30% de españoles no revisa la salud de su gato de manera periódica

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Llevar a nuestro gato al veterinario solo cuando está enfermo es un error más común de lo que imaginamos. Y no lo decimos nosotros: un estudio reciente de Sanicat —marca líder en bienestar felino— revela que 3 de cada 10 españoles solo acuden a la consulta cuando su gato ya presenta síntomas. El problema es que, en muchos casos, puede ser demasiado tarde.

El chequeo periódico no es solo una formalidad. Es una herramienta fundamental para detectar a tiempo problemas de salud que, si se tratan desde el principio, tienen mejor pronóstico, son menos costosos y generan mucho menos estrés para ti y para tu gato.

Las vacunas y desparasitaciones deben adaptarse al entorno y estilo de vida de cada gato

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ILKER METIN KURSOVA

Entonces, ¿cuál es la frecuencia ideal?

Depende de la edad y el estado de salud del gato. Aquí te dejamos una guía rápida:

Gatos adultos sanos (1-10 años):

Una vez al año suele ser suficiente para una revisión general. En esta visita se revisa su estado general, se actualizan vacunas y se consulta el plan de desparasitación más adecuado según su estilo de vida.

Cachorros (hasta los 6 meses):

Lo ideal es acudir cada mes o cada dos meses. En este periodo se controlan el crecimiento, la nutrición, se inician las vacunas esenciales y se desparasita con regularidad. Es una etapa clave para sentar las bases de una vida larga y saludable.

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Gatos mayores (a partir de los 11 años):

A partir de esta edad, es recomendable hacer revisiones más completas y frecuentes, al menos cada seis meses. Se controlan parámetros como el peso, la presión arterial, la función renal o posibles señales de deterioro cognitivo. Prevenir o detectar a tiempo enfermedades cardíacas, renales o articulares puede marcar la diferencia.

Las revisiones periódicas permiten detectar enfermedades antes de que se conviertan en un problema serio

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¿Y las vacunas?

No todos los gatos necesitan lo mismo, pero hay vacunas consideradas “esenciales” que se recomiendan en todos los casos, incluso si el gato no sale de casa. Lo mejor es que el veterinario valore la situación y adapte el calendario de vacunación a las necesidades concretas de tu compañero felino.

En resumen: si esperas a que tu gato esté mal para ir al veterinario, podrías estar llegando tarde. Una visita a tiempo vale por dos —y tu gato te lo agradecerá con más años de ronroneos y siestas felices.

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