Los vehículos, desde el momento en que salen del concesionario, inician un proceso inevitable de depreciación. Sin embargo, esta devaluación no afecta a todos los automóviles de la misma manera, ya que varía según diversos factores, como el tipo de marca, el modelo y el sistema de propulsión que utilicen.
No obstante, según un estudio publicado por iSeeCars, los automóviles eléctricos sufren una devaluación más pronunciada en comparación con otro tipos de vehículos. En su primer año en circulación, estos modelos experimentan una pérdida de valor que supera en casi un 50% la de los vehículos de combustión convencional.
Lo que dice el informe
Modelos usados en vez de nuevos
En el informe, Karl Brauer, analista ejecutivo de la empresa, destaca que los compradores que buscan obtener el mejor valor suelen inclinarse por modelos de automóviles usados en lugar de nuevos.
Aunque los vehículos de segunda mano generalmente tienen un costo menor que los nuevos, algunos modelos sufren una depreciación superior al 25% en tan solo un año, lo que permite a los compradores disfrutar de una experiencia prácticamente nueva con un ahorro considerable.
El KIA Rio es uno de los vehículos que logran conservar un valor residual notable después de su primer año de vida
Sin embargo, esta tendencia de depreciación rápida no se aplica a todos los modelos por igual. Algunos vehículos logran conservar un valor residual notable después de su primer año de vida, como el Land Rover Range Rover, el Kia Rio y el Mercedes Clase G.
Una excepción de la norma
Especialmente en el caso de los eléctricos
No obstante, esta situación es más la excepción que la norma, especialmente en el caso de los coches eléctricos. Sorprendentemente, cinco de los diez primeros puestos de depreciación rápida están ocupados por vehículos eléctricos, con el Mercedes EQS y el Nissan Leaf a la cabeza con una depreciación del 47,8% y 45,7%, respectivamente.
La depreciación temprana de los coches eléctricos resulta llamativa, ya que en apenas un año, estos vehículos son prácticamente nuevos. Aunque los factores que pueden afectar a su valor, como la degradación de la batería debido al uso y los hábitos de carga del usuario, aún no han entrado en juego, los compradores de segunda mano tienden a desconfiar de estos modelos debido a los posibles costos asociados con el reemplazo de la batería, que podrían incluso superar el valor del automóvil mismo. En consecuencia, a medio plazo, los vehículos eléctricos se perfilan como los más afectados por la depreciación en comparación con otros tipos de vehículos en el mercado actual.

