Conducir con un remolque puede ser verdaderamente complicado. Especialmente, para aquellos que no están acostumbrados. Hay que pensar que el vehículo pasa a contar entonces con unas nuevas dimensiones y como asegura Juan Ignacio Serena, jefe de Sección del Área de Formación de Conductores de la DGT, “se conduce mirando más hacia atrás que hacia delante”.
Así lo deja constar en declaraciones para la revista de Tráfico y Seguridad Vial de este mismo organismo público. “Si en algún momento te ‘olvidas’ de que lo llevas”, prosigue el experto, “puedes tener problemas” al no calcular correctamente el espacio, el peso y el tipo de maniobra necesaria para no perder el control en carretera.

Un coche transporta una embarcación con un remolque
¿Qué necesito para conducir un remolque?
Tipos de remolques y permisos
Antes de empezar, cabe preguntarse si todo el mundo puede conducir libremente un remolque o si, por el contrario, es preciso contar con algún permiso especial. Para responder a esta cuestión, debemos considerar primero el tipo de remolque del que se trata: ligeros, aquellos que llegan hasta los 750 kg de MMA (Masa Máxima Autorizada); y pesados, cuando su MMA oscila entre los 750 y los 3.500 kg.
Por lo tanto, solo será necesario el carnet B (el de conducir) para viajar con un remolque ligero. Es decir, si queremos llevar, por ejemplo, una moto. Ahora bien, si hablamos de un remolque pesado deberemos contar con una autorización B-96. Se trata de una extensión del carnet B, que permite ir al volante de un vehículo que, junto al remolque, no exceda los 4.250 kg; y, como aclara la DGT, “es necesario superar una prueba práctica”.
Por último, necesitaremos el permiso B+E “para conducir conjuntos de vehículos (turismo más remolque) de hasta 7.000 kg de MMA”. En este caso, el conductor deberá superar una prueba teórica específica y dos prácticas, enfocadas en la destreza y la circulación.

Llevar el coche sobrecargado o con un remolque aumenta el gasto de carburante
Cómo realizar maniobras complicadas
Conducir con un remolque ligero
Como podemos observar, en el caso de un remolque ligero no es necesario superar un examen y obtener un permiso de circulación. Sin embargo, esto no significa que no debamos extremar las precauciones. Pese a todo, “supone una masa considerable que, sumada a la del coche, afecta directamente a la distancia para frenar”, afirma la DGT. “Para detener un conjunto, hace falta más espacio”.
Por lo tanto, debemos adecuar la velocidad y ampliar el espacio de seguridad con respecto a los demás vehículos. En la misma línea, si pensamos efectuar un adelantamiento, hay que valorar “la longitud del conjunto, la limitación de la velocidad y la potencia del coche”. De nuevo, con un remolque necesitaremos más espacio y tiempo; y si no hay seguridad, es mejor no adelantar. Evitar los movimientos evasivos es clave para que el remolque no se desestabilice.
Como indica la DGT, “a velocidad excesiva combinada con viento lateral fuerte se pueden producir reacciones que no esperamos en remolques voluminosos y desviar su trayectoria”. Por su parte, el especialista en Formación asegura que “cuando se produce un ‘zigzagueo’ y el remolque da bandazos, es muy difícil recuperar la trayectoria: hay que soltar el acelerador y nunca tocar el freno”.

El remolque de un coche cambia su comportamiento en marcha
Por otro lado, a la hora de realizar giros cerrados, es necesario adaptar la velocidad con anticipación y abrir la trayectoria antes del giro sin invadir el sentido contrario. No debemos olvidar que el remolque empuja hacia fuera y, sobre todo, es importante no frenar una vez iniciado el giro. Además, el movimiento del volante debe ser suave para evitar un vuelco.
Finalmente, conducir marcha atrás es uno de los aspectos más complicados, ya que el remolque va hacia el lado contrario del que giramos el volante. Por ello, el conjunto debe estar lo más alineado posible para retroceder despacio, siempre con suavidad. Asimismo, es necesario colocar espejos supletorios si el remolque tiene una anchura mayor a la del coche. En cualquier caso, la DGT aconseja practicar esta maniobra antes de aventurarnos en la carretera.

Coche con un remolque ligero
La estabilidad del conjunto
Distribuir el peso de la carga
Por último, hay que tener presente la carga que llevamos dentro del remolque y cómo la distribuimos. Esto nos ayudará a mantener el vehículo estabilizado en todo momento, si lo hacemos bien. “Al repartir la carga, esta debe concentrarse en el centro, donde están los ejes. Con mucha carga en la parte de atrás, la lanza del remolque que engancha la ‘bola’ del coche tiende a levantarse y genera inestabilidad. Y al revés, demasiado peso en la parte delantera del remolque levantará la parte delantera del coche”, afirma Juan Ignacio Serena en la misma publicación de la DGT.