Relevo en la Casa Blanca. Donald Trump será investido hoy como presidente de Estados Unidos, en sustitución de su predecesor, Joe Biden, en el tradicional acto que cada cuatro años tiene lugar en el Capitolio de Washington bajo unas estrictas medidas de seguridad. Desde hoy mismo, una vez tome posesión del cargo, el líder del Partido Republicano tendrá a su disposición The Beast (La Bestia), el coche presidencial fabricado por General Motors, que lo acompañará durante su mandato en los desplazamientos oficiales.
Trump ya conoce de primera mano La Bestia, ya que durante su etapa anterior como presidente de Estados Unidos, entre 2017 y 2021, también utilizó este impresionante vehículo. Aunque entonces hacía gala de un modelo similar, la actual versión de The Beast ha sido mejorada para cumplir con los más altos estándares de seguridad y tecnología, garantizando así la máxima protección para el mandatario y sus acompañantes en cualquier situación. Durante su primer mandato, el propio Trump elogió las capacidades del vehículo, calificándolo como una auténtica “fortaleza sobre ruedas”.

Cada una de las puertas de La Bestia tiene un peso similar a la de un Boing 757
La Bestia no es un coche cualquiera. Se trata de uno de los vehículos más avanzados y seguros del planeta, diseñado específicamente para proteger al presidente de Estados Unidos en cualquier circunstancia. Su blindaje de última generación lo hace resistente a ataques de todo tipo, incluyendo amenazas químicas, biológicas y misiles.
Con sus 5,5 metros de longitud y más de 6.000 kilos de peso, La Bestia es una auténtica fortaleza rodante, a prueba de cualquier ataque, hasta químico o biológico
Con un aspecto imponente y unas prestaciones mecánicas de primer nivel, el vehículo ha sido un símbolo de la seguridad presidencial desde su creación. De hecho, The Beast ha sido utilizado desde 1993, cuando Bill Clinton asumió la presidencia, bajo una limusina de la marca Cadillac. Antes de eso, entre 1960 y 1990, los presidentes de Estados Unidos viajaban en coches de la marca Lincoln.
El vehículo que transportará al presidente Trump en sus desplazamientos oficiales mide 5,5 metros de largo y tiene un peso estimado entre 6.800 y 9.000 kilogramos. Esto se debe a su estructura acorazada, cuya capa de blindaje alcanza los 20 centímetros de grosor. Esta protección, formada por una aleación de aluminio, acero, titanio y cerámica, está diseñada para resistir ataques exteriores de alto impacto, lo que asegura que el presidente esté protegido en cualquier tipo de situación peligrosa.

Joe Biden, el presidente saliente, usó la limusina durante su etapa al frente del país
Las puertas de La Bestia son especialmente resistentes. Tienen un peso similar al de las puertas de un avión Boing 757. Además, las ventanas están compuestas por cinco capas de vidrio y policarbonato, lo que las hace prácticamente impenetrables. Únicamente se puede bajar el cristal del lado del conductor hasta 7,5 centímetros, lo que impide el acceso no autorizado.
El coche está diseñado para resistir amenazas químicas, biológicas y misiles
En cuanto a la motorización, La Bestia está equipada con un motor Duramax turbodiésel de 8 cilindros y 6.6 litros, que ofrece entre 300 y 330 CV de potencia. Este motor permite que el coche se desplace con gran estabilidad, incluso en condiciones extremas. Además, su diseño incluye una plancha de acero en los bajos para proteger el vehículo de posibles explosiones. El depósito de combustible está recubierto por una espuma especial, lo que minimiza los riesgos en caso de ataque.
Uno de los sistemas más sorprendentes de La Bestia son sus neumáticos, que están equipados con tecnología run flat. Esto permite que el coche pueda continuar circulando durante más de 100 kilómetros incluso si los neumáticos son perforados. Este tipo de medidas son esenciales para garantizar la movilidad del presidente en situaciones de emergencia.

El convoy que acompaña al presidente está integrado por varios coches
El interior de La Bestia ofrece el mismo nivel de seguridad que su robusto exterior. Está completamente sellado para proteger a sus ocupantes de posibles ataques bioquímicos y cuenta con un avanzado sistema de extinción de incendios. Su diseño permite transportar hasta siete personas distribuidas en tres filas de asientos, lo que garantiza espacio y funcionalidad sin comprometer la protección.
En la primera fila se encuentran el conductor y un escolta, ambos entrenados para reaccionar en emergencias. Los dos están separados del compartimento trasero por un cristal blindado. La segunda fila, con tres asientos orientados en sentido contrario a la marcha, suele ser ocupada por el jefe de gabinete y personal de confianza del presidente, mientras que la última fila, diseñada para dos personas, está reservada para el presidente y su acompañante, generalmente la primera dama.

'La Bestia', el coche oficial del presidente de los Estados Unidos, mide 5,5 metros de largo
Asimismo, el interior está equipado con un botiquín de primeros auxilios, bombonas de oxígeno y bolsas de sangre compatibles con el grupo sanguíneo del presidente, esenciales para responder a cualquier emergencia médica.
El coche también dispone de cañones de gas lacrimógeno, armas de diferentes calibres y cámaras de visión nocturna para asegurar la protección tanto del presidente como de sus acompañantes.
Para garantizar la máxima seguridad al presidente, el convoy incluye al menos dos limusinas idénticas que circulan de manera simultánea, a menudo por rutas diferentes. Esta estrategia hace casi imposible determinar en cuál de los vehículos viaja realmente el mandatario, ya que uno de ellos actúa como señuelo, diseñado específicamente para confundir y desviar cualquier intento de ataque.