Estos ADAS están diseñados para mejorar la seguridad, pero un estudio revela que podrían incrementar el riesgo de accidentes
Seguridad vial
A pesar de que las ayudas a la conducción son cada vez más comunes, un estudio en 'Science Direct' cuestiona su impacto
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Los ADAS mejoran la conducción, pero su uso excesivo puede generar una falsa sensación de seguridad

Los sistemas de asistencia a la conducción (ADAS) están diseñados para mejorar la seguridad vial, pero su uso no siempre garantiza una reducción de accidentes. Un estudio reciente publicado en la revista científica Science Direct pone en duda la efectividad de algunos de estos sistemas e incluso señala que pueden incrementar el riesgo de colisión en determinadas circunstancias.
El caso más llamativo es el del control de crucero (CC) y su versión avanzada, el control de crucero adaptativo (ACC). El primero de ellos permite al conductor mantener una velocidad constante sin necesidad de pisar el acelerador, mientras que el ACC ajusta esta velocidad automáticamente para mantener una distancia segura con el vehículo que circula delante. Pero ambos sistemas presentan ciertos problemas, según se desprende del estudio.

Aunque ambos sistemas parecen facilitar la conducción en trayectos largos y monótonos, el estudio señala que su uso podría llevar a una falsa sensación de seguridad. En particular, el control de crucero adaptativo, aunque diseñado para mejorar la seguridad, puede no reaccionar adecuadamente en situaciones de tráfico denso o cambios repentinos en las condiciones de la vía. Esto podría hacer que los conductores se relajen en exceso, reduciendo su capacidad de anticipar posibles peligros.
La confianza excesiva en estos sistemas puede llevar a una relajación peligrosa del conductor
Además, el control de crucero adaptativo no está exento de fallos en condiciones climáticas adversas. En caso de lluvia intensa o niebla, los sensores del sistema pueden verse obstruidos o tener dificultades para detectar otros vehículos de manera precisa, lo que impide que el sistema ajuste correctamente la velocidad o la distancia de seguridad.
El estudio también destaca que, a medida que los conductores confían más en estos sistemas, tienden a reducir su nivel de atención, lo que puede derivar en una conducción más distraída y menos reactiva ante imprevistos.

De hecho, los datos sugieren que el uso prolongado del control de crucero adaptativo puede elevar hasta un 12% la probabilidad de sufrir un accidente, ya que la automatización de la conducción lleva a los conductores a prestar menos atención a los cambios en el tráfico y a las señales de la vía. Por otro lado, el control de crucero por sí solo también presenta riesgos. Aunque tiene un impacto menor que su variante adaptativa, el estudio estima que el uso del CC incrementa un 8% la probabilidad de sufrir un accidente.
Los sistemas que requieren la intervención activa del conductor han demostrado ser más efectivos en la reducción de accidentes
Los sistemas más efectivos
No todos los ADAS presentan estos efectos adversos. Según el estudio, los sistemas más eficaces en la reducción de accidentes son aquellos que requieren una intervención activa del conductor o que ayudan a corregir errores humanos en tiempo real. Por ejemplo, el sistema de mantenimiento de carril, que ajusta la dirección del vehículo si detecta una salida involuntaria del carril, ha demostrado una disminución de hasta un 19,1% en los incidentes relacionados con la pérdida de control o las colisiones laterales.

Asimismo, el sistema de monitorización del conductor, que evalúa el comportamiento del conductor para identificar signos de fatiga o distracción, muestra una reducción del 14% en el número de accidentes. Este tipo de asistencia promueve una mayor atención al volante, lo que mejora la seguridad general del conductor.
Por otro lado, los sistemas de aviso de salida de carril, que solo alertan al conductor sin intervenir en la dirección del vehículo, han mostrado resultados mixtos. La efectividad de estos sistemas varía dependiendo de las circunstancias, con una reducción de errores en la conducción que oscila entre el 10% y el 26,2%, aunque en algunos estudios la mejora ha sido más modesta, situándose alrededor del 4%.