Los niños no pueden viajar en el asiento delantero del coche, pero ¿puedes llevar allí a tu perro?
Atención, conductores
Transportar a una mascota en el vehículo implica seguir una norma para garantizar la seguridad y evitar multas
La Fundación RACE pide una regulación sobre cómo llevar a las mascotas en el interior de los vehículos

Aunque no está prohibido, llevar al perro delante requiere que vaya bien sujeto y sin distraer al conductor

Ver a un niño sentado en el asiento delantero del coche es, por suerte, una imagen cada vez más rara. Las campañas de concienciación de la DGT y multas cada vez más severas han conseguido que hoy resulte impensable llevar a un menor sin su sistema de retención correspondiente y mucho más en el asiento del copiloto. La normativa es clara y establece que los menores de edad de estatura igual o inferior a 135 centímetros deben viajar siempre en los asientos traseros y utilizando un sistema de retención homologado y adaptado a su talla y peso.
Salvo excepciones muy puntuales -que el coche no disponga de asientos traseros o que todos estén ocupados por otros menores-, sentar a un niño delante está prohibido y puede acarrear una multa de 200 puntos y la retirada de 4 puntos del carnet de conducir. Aun así, sigue habiendo quien baja la guardia justificando que se trata de un trayecto corto, sin tener en cuenta que la mayoría de accidentes con víctimas ocurren precisamente en recorridos cotidianos y a pocos kilómetros de casa.

Ahora bien, si con los menores la normativa es tajante y no deja espacio a la interpretación, con los animales de compañía el asunto no está tan claro. La legislación de tráfico no prohíbe expresamente que un perro ocupe el asiento del copiloto. Sin embargo, sí obliga a que el animal viaje de forma segura y sin interferir en la conducción. Lo que está sancionado no es tanto el lugar que ocupa dentro del vehículo, sino la manera en que lo hace.
Aunque no se prohíbe llevar al perro delante, debe ir sujeto y sin interferir en la conducción
Como explica el RACE, un perro es impredecible y puede moverse bruscamente, asustarse o distraer al conductor en el peor momento. Y aunque el artículo 18 del Reglamento General de Circulación no prohíbe su ubicación concreta, sí exige que no interfiera en la conducción y esté bien colocado dentro del vehículo.

De hecho, un agente podría sancionar esta conducta si considera que compromete la seguridad, con multas que oscilan entre los 100 y los 500 euros, e incluso la pérdida de 6 puntos en los casos más graves.
El transportín bien colocado en el maletero o el asiento trasero es el sistema más seguro para tu mascota
En un vídeo publicado por el RACE, se muestra de forma impactante como un perro suelto dentro de un coche puede convertirse en un proyectil tras un frenazo y causar daños a otros ocupantes. En las imágenes, el can (representado por un peluche) sale despedido con violencia en situaciones especialmente críticas cuando impacta contra el conductor o el sistema de retención infantil en el que viaja un bebé en el asiento trasero del coche.
Existen diferentes tipos de sistemas de retención para transportar animales en el coche, pero no todos ofrecen el mismo nivel de seguridad. El más desaconsejado es el arnés de un solo enganche, ya que en caso de accidente puede romperse o permitir que el animal impacte con fuerza contra los asientos, con riesgo tanto para él como para los ocupantes.
Una opción más segura es el arnés de dos anclajes, que se fija a los cinturones del asiento trasero y reduce los movimientos bruscos si el recorrido es corto y el arnés no es demasiado largo.
No obstante, la solución más eficaz sigue siendo el transportín, especialmente si se adapta al tamaño del animal y se coloca correctamente. Es decir, en el suelo del asiento trasero si es pequeño o en el maletero en posición transversal si es grande. En cualquier caso, lo importante es que el animal no viaje nunca suelto ni en brazos de ningún pasajero.

