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La moto reliquia de la Segunda Guerra Mundial que conmueve hasta a Putin: el líder ruso ha regalado una nueva a un bombero veterano de Alaska

Sorpresa inesperada

Las motos Ural disponen de tracción en la rueda del sidecar, lo que las convierte en unas verdaderas bestias todoterreno capaces de llegar donde ninguna otra moto puede hacerlo

El presidente Vladimir Putin, regaló una moto Ural a un bombero veterano de Alaska que dijo que le costaba mucho encontrar recambios para su montura rusa

El presidente Vladimir Putin, regaló una moto Ural a un bombero veterano de Alaska que dijo que le costaba mucho encontrar recambios para su montura rusa

Incluso en los momentos de más tensión, simpre es posible  encontrar algún elemento de unión que sirva para acortar distancias y distendir la situación; y, a menudo, la afición por la moto suele ser un buen punto de partida. De hecho, ni siquiera un hombre tan cerebral como Vladimir Putin es inmune a ello, dada su reconocida pasión por las Ural, las motocicletas rusas fabricadas desde 1941 en Irbit -Siberia-, aunque en la actualidad se montan en Petropavlovsk -Kazajstán- por temas del embargo.

Las Ural son una reliquia de la Segunda Guerra Mundial; la versión soviética de aquellas máquinas germanas BMW que viajaban en cabeza de las divisiones Panzer en la “Blitzkrieg”.

Ural M-72, muy parecida a la BMW BMW R-71
Ural M-72, muy parecida a la BMW BMW R-71suldin Pavel

A finales de los años 30, el Ejército Rojo compró en secreto 5 unidades a través de Suecia de la BMW R71 y las entregó a la Fábrica de Motocicletas de Moscú para que aplicaran ingeniería inversa. El resultado fue la Ural M-72, cuya producción comenzó en agosto de 1941.

A finales de los años 30, el Ejército Rojo compró en secreto 5 unidades de la BMW R71 para fabricar las suyas 

Desde entonces estas irrompibles motos se han caracterizado por ser capaces de desenvolverse en las condiciones más extremas y cuentan con miles de entusiastas seguidores en todo el mundo. El líder del Kremlin es uno de ellos y se ha dejado fotografiar en varias ocasiones al manillar de una de sus unidades.

Las Ural van equipadas con un motor bicilíndrico bóxer de 745 cc refrigerado por aire que entrega 41 CV. Su peso en carretera es de 363 kilos, por lo que no son un dechado de potencia. Sin embargo, y ahí radica su éxito, pueden cargar casi 650 kilos de peso entre ocupantes y equipaje, y cuentan con una autonomía cercana a los 400 kilómetros.

Además, disponen de tracción en la rueda del sidecar, lo que las convierte en unas verdaderas bestias todoterreno capaces de llegar donde ninguna otra moto puede hacerlo. Por ello, se han ganado el sobrenombre de “Siberian Express”, y son perfectas para moverse por las carreteras de una región tan inhóspita como la tundra siberiana.

De Siberia a Alaska

Recientemente, estas motos han sido noticia. Días antes de la cumbre entre Vladimir Putin y Donald Trump en Alaska, celebrada en agosto, para negociar el posible fin de las hostilidades en Ucrania, un equipo de reporteros del canal ruso Rossiya-1 se trasladó hasta la ciudad más grande del estado, Anchorage -aunque la capital administrativa de Alaska es Juneau- para conocer las opiniones de sus ciudadanos a propósito del evento y sondear el ambiente más o menos hostil que iba a encontrar el líder del Kremlin.

Uno de los entrevistados fue Mark Warren, un veterano bombero residente en la misma Anchorage que aprovechó la presencia de las cámaras rusas para explicar -lejos de cualquier consideración geopolítica- que el embargo comercial contra Rusia le estaba impidiendo encontrar repuestos para su vieja moto con sidecar Ural.

Mark Warren posa junto a su moto y la que recibió del presidente Putin  
Mark Warren posa junto a su moto y la que recibió del presidente Putin  Bill Roth / Ap-LaPresse

El servicio de prensa de Vladimir Putin recogió las declaraciones de Warren y se las hizo llegar al líder del Kremlin el cual, como gesto de simpatía entre amantes de las Ural, ordenó que le regalaran una moto completamente nueva al entusiasta fan de las motos rusas.

Un par de horas después de que el avión del mandatario ruso dejara la Base Conjunta Elmendorf-Richardson donde había tenido lugar la cumbre, Warren recibió una llamada del embajador ruso en Estados Unidos, Andréi Ledenev, para explicarle que tenía una nueva moto Ural Gear Up de último modelo a su disposición en un hotel en Anchorage y que se trataba de “un regalo personal del presidente de la Federación Rusa”.

Regalo totalmente inesperado

Lógicamente el viejo bombero pensó al principio que se trataba de una broma, de una estafa o incluso de algún tipo de maniobra de propaganda a su costa... pero la única condición que las autoridades rusas le pusieron a Warren para entregarle la moto fue grabarlo rodando con ella por Anchorage y una breve entrevista para hablar de su afición por las Ural.

Warren conduce su nueva moto Ural  
Warren conduce su nueva moto Ural  Reuters

Y otra curiosidad: cuando estaba firmando los documentos para aceptar la propiedad de la motocicleta -valorada en 22.000 dólares- se dio cuenta de que había sido fabricada el 12 de agosto, justo un día antes del comienzo de la histórica cumbre entre Putin y Trump. ¡La unidad se había construido y transportado en un tiempo récord de 24 horas sólo para satisfacer la orden del mandatario ruso!

El regalo, por supuesto, tampoco estuvo exento de polémica ya que no faltaron voces reprochando a Mark Warren haber aceptado un regalo del líder del Kremlin... aunque el flamante propietario espera que solamente se vea como un gesto de simpatía del país que produce sus motos favoritas hacia un enamorado de la marca

Gonzalo De Martorell

Gonzalo De Martorell

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Periodista especializado en motor y viajes desde hace más de treinta años, fotógrafo aficionado y motero "old school" reivindica la moto no sólo como vehículo sino también como forma de vida.