Qué fue del icónico autobús en el que Rosa Parks se negó a ceder su asiento a un pasajero blanco en plena época de segregación racial
Vehículo histórico
En octubre se cumplen 20 años de la muerte de la mujer que se convirtió en símbolo de la resistencia contra la segregación racial
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El autobús en el que Rosa Parks se negó a ceder su asiento en 1955 luce restaurado en el Museo Henry Ford
El pasado 24 de octubre, se cumplieron 20 años de la muerte de Rosa Parks. Aunque su nombre no está vinculado directamente al mundo de la movilidad, fue en un autobús urbano donde la mujer que se convirtió en símbolo de la resistencia contra la segregación racial y la lucha de los derechos civiles protagonizó un acto determinante en la historia de Estados Unidos.
El 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks se negó a ceder su asiento a un hombre blanco en un autobús urbano de Montgomery, Alabama, desafiando las leyes de segregación vigentes. Este gesto, aparentemente cotidiano, desencadenó el boicot de autobuses de Montgomery, una protesta masiva liderada por la comunidad afroamericana que duró más de un año y consistió en negarse a utilizar el transporte público para presionar a las autoridades a abolir las leyes de segregación en los autobuses.
Esta movilización, además de afectar económicamente a la compañía de transportes, catapultó a figuras como Martin Luther King a la primera línea del movimiento por los derechos civiles, demostrando el poder de la resistencia pacífica organizada.
La acción de Rosa Parks desencadenó el boicot de autobuses de la comunidad afroamericana entre 1955 y 1956
El propio autobús en el que ocurrió el acto de Rosa Parks, tras décadas de abandono y tras un meticuloso proceso de autenticación y restauración, se ha convertido en un testimonio tangible de aquella resistencia. Hoy se exhibe en el Museo Henry Ford, en Dearborn, Michigan, donde permite a los visitantes conectar de manera directa con un capítulo fundamental del movimiento por los derechos civiles y comprender la magnitud del coraje de Parks.
El camino del autobús entre Montgomery y hasta su exhibición no fue sencillo. En un principio, su número de identificación no constaba en ningún registro oficial. Cuando el vehículo 2857 fue retirado de circulación a principios de los años 70, Roy H. Summerford lo compró y lo utilizó como almacenamiento de madera y herramientas. Tras su fallecimiento, la propiedad pasó a su hija Vivian y su yerno, Donnie Williams. Aunque eran conscientes de la relevancia histórica del autobús, carecían de documentos que lo acreditara.
El Museo Henry Ford exhibe el icónico bus, que adquirió por 492.000 dólares en una subasta tras certificar su autenticidad
La autenticidad del bus emergió gracias a un hallazgo de Charles H. Cummings. Este hombre había sido gerente de la estación de autobuses de Montgomery durante el boicot de 1955-1956 y conservaba un álbum de recortes con artículos periodísticos de la época. Junto a ellos, había anotado “#2857” y “Blake/#2857”, haciendo referencia a James Blake, el conductor que ordenó el arresto de Parks. Este registro, confirmado por la familia de Cummings, fue determinante para verificar que se trataba del auténtico autobús.
En septiembre de 2001, el Wall Street Journal anunció que el vehículo se subastaría online. El Museo Henry Ford vio en esta subasta una oportunidad histórica y comenzó una investigación exhaustiva. Entrevistó a testigos de los hechos, revisó la procedencia del álbum de recortes y contrató peritos forenses para certificar la autenticidad del documento.
Convencidos de que se trataba del autobús de Rosa Parks, pujaron por él, superando ofertas de instituciones de reconocido prestigio -una de ellas del Ayuntamiento de Denver- y adquirieron el vehículo por 492.000 dólares. El lote subastado incluía el álbum de Cummings y un uniforme de conductor de la Montgomery City Bus Line.
La restauración del autobús fue un reto mayúsculo. Tras décadas de abandono, presentaba graves deficiencias en los asientos y el motor. Había ventanas rotas, óxido en la carrocería y pintura deteriorada. El equipo del museo, junto con la empresa de ingeniería MSX International, trabajó para devolver al vehículo su aspecto original de 1955. Se reutilizó material original siempre que fue posible y, cuando no, se emplearon piezas de modelos GM idénticos de la época, con un coste superior a los 300.000 dólares.
El proyecto contó con el apoyo federal a través del programa Salvar los Tesoros de América, que financió 205.000 dólares de la restauración, asegurando que este patrimonio cultural se preservara para las generaciones futuras.
El autobús restaurado se exhibió por primera vez en 2003, en el programa Celebremos la historia negra de Henry Ford, y ha sido pieza central en homenajes a Rosa Parks. Uno de esos reconocimientos fue en 2013 para conmemorar el centenario de su nacimiento.
Hoy, el autobús, sigue siendo un símbolo tangible de resistencia, igualdad y justicia, y permite a los visitantes comprender el contexto histórico de la segregación y la lucha por los derechos civiles. Cada asiento y cada detalle del autobús recuerdan que la valentía individual puede impulsar cambios que resuenan mucho más allá de un instante, como hizo Parks con su acto de rebeldía. Su legado sigue inspirando a generaciones a defender la justicia y la igualdad en todos los ámbitos de la sociedad.