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Rolls-Royce Spectre Black Badge, el imponente eléctrico de 600 CV etiqueta negra: “Si preguntas el precio, es que no te lo puedes permitir”

A prueba 

El rendimiento de este elegante y estilizado cupé de superlujo con puertas suicidas impresiona tanto como sus dimensiones: 5,47 m de largo, 2,14 de ancho y una distancia entre ejes de 3,21 metros

El Spectre Black Badge se distingue por sus molduras y emblemas en negro y por las llantas de aluminio forjado de 23 pulgadas y cinco radios con acabado parcialmente pulido o completamente en negro 

El Spectre Black Badge se distingue por sus molduras y emblemas en negro y por las llantas de aluminio forjado de 23 pulgadas y cinco radios con acabado parcialmente pulido o completamente en negro 

Ficha técnica

Rolls-Royce Spectre Black Badge

Motor: 2 eléctricos: 190 kW delante + 370 kW detrás
Autonomía: 530 km (WLTP)
Potencia máxima: 584 CV (pico de 659)
Cambio: Automático, 1 velocidad
Aceleración 0/100 km/h: 4,1 segundos
Velocidad máxima: 250 km/h
Consumo combinado: 21,5 kWh/100 km
Emisiones CO2: 0 g/km
Distintivo medioambiental: Cero
Largo/ancho/alto: 547/201/157 cm
Maletero: n.d.
Peso: 2.890 kg
Garantía: 4 años sin límite de km
Precio: 550.000 euros (aprox.)
Www.rolls-roycemotorcars.com

Rolls-Royce es el estandarte del lujo automovilístico por antonomasia. Ninguna otra marca ostenta un reconocimiento más unánime a cerca de la exclusividad y la sofisticación de sus modelos en el universo de las cuatro ruedas. La firma del Espíritu del Éxtasis es, desde hace más de un siglo, un emblema universal de la artesanía, la elegancia, la tradición y la atención por el detalle aplicada a un vehículo motorizado. Y, dentro de esa particular escala de exquisitez, en lo más alto de la cima de la pirámide de la grandiosidad –construida por los artesanos e ingenieros del fabricante británico a lo largo de las décadas–, se sitúa el imponente Spectre Black Badge.

Los vehículos de la famosa estatuilla identificados como “etiqueta negra” (precisamente con los emblemas en color negro) no solo son los Rolls más prestacionales, sino también los destinados a los clientes más valientes, provocadores e intrépidos que buscan superar los límites de lo convencional y no se dejan definir por los códigos tradicionales del lujo.

Rolls-Royce Spectre Black Badge
Rolls-Royce Spectre Black Badge

Comprarse un automóvil de esta prestigiosa firma ya es en sí mismo una declaración de intenciones que refleja determinación, poder, convicción y éxito, pero adquirir un acabado Black Badge de cualquiera de sus modelos supone proclamarse como alguien diferente, único, especial... Una persona con un marcado carácter individualista que hace bandera de su singularidad y que reivindica con cierta provocación ese “lado oscuro” de la opulencia y la suntuosidad.

Vistosamente rebelde, oscuramente elegante

Este álter ego de Rolls-Royce lo encarna el Spectre Black Badge, que además de ser eléctrico y 100% libre de emisiones, es mucho más moderno, actual y “juvenil” –si es que ese término se puede aplicar a un R&R– que el resto de creaciones salidas de las históricas instalaciones de Goodwood. Posee una carga más expresiva y un carácter más intenso y vibrante gracias a sus particulares características visuales. Entre las más representativas figuran la posibilidad de optar por el capó pintado en Negro Glacial junto con el acabado brillante pulido a espejo de todos los componentes que en el resto de modelos serían cromados. Esto incluye el marco de la parrilla Pantheon, el propio Spirit of Ecstasy y la doble «R» Insignia de Honor, así como las manecillas de las puertas, el marco de las ventanillas y otros detalles del parachoques, todo en un profundo tono negro; un tratamiento oscuro evoca su personalidad subversiva, rebelde y “noir”.

Las puertas tienen apertura suicida, es decir, de forma inversa a las convencionales  
Las puertas tienen apertura suicida, es decir, de forma inversa a las convencionales  

Para manejar la potencia sin precedentes que eroga el Rolls eléctrico más radical, los especialistas en chasis y dinámica del fabricante inglés han aumentado la sensación de “peso” de la dirección y han ajustado la estabilización de masas para generar una mayor confianza y seguridad en los cambios de apoyo y reducir el balanceo de la carrocería en las curvas. Los amortiguadores mejorados también aumentan el control del vehículo, reduciendo el “hundimiento” al acelerar o desacelerar.

Estas mejoras equilibran bastante bien la percepción al volante que se desprende al manejar un imponente mastodonte de 5,47 m de longitud, 2,14 m de ancho con espejos y 2.890 kg de peso. Con esas ciclópeas dimensiones, no se puede decir que resulte ágil ni fácil de maniobrar con él pero sí que transmite un agarre y aplomo convincentes, además de la famosa sensación de “alfombra mágica voladora” que caracteriza a los R&R.

Rendimiento sin emisiones amplificado

Los dos motores eléctricos del Black Badge desarrollan 584 CV pero pulsando el botón Infinito del volante, liberan durante unos segundos un pico de hasta 659 CV y alcanzan un histórico par motor de 1.075 Nm, desatando una oleada de fuerza de empuje que lo proyecta de 0 a 100 km/h en sólo 4,1 segundos, 4 décimas más rápido que el Spectre “normal”.

La presencia de las baterías bajo el piso sitúa al conductor en una posición elevada y demasiado cerca del techo, por lo que a los usuarios altos no les será fácil entrar y salir 
La presencia de las baterías bajo el piso sitúa al conductor en una posición elevada y demasiado cerca del techo, por lo que a los usuarios altos no les será fácil entrar y salir 

Este nivel de intensidad instantánea junto con su excepcional sigilo de marcha transforman la conducción en una experiencia casi onírica, donde la velocidad y la aceleración no se corresponden con la ausencia prácticamente total de ruidos, vibraciones y rozamientos. Hay que reconocer que para alcanzar una experiencia de conducción plenamente “celestial” como la que aspira a proporcionar Rolls-Royce, la propulsión eléctrica silenciosa (además de respetuosa) tiene todo el sentido y es la mejor alternativa posible.

Obviando su descomunal volumen y sus más de 3,2 m de distancia entre ejes, allí donde la anchura de las carreteras lo permite, lo cierto es que el Spectre BB fluye armoniosa y silenciosamente, demostrando incluso ciertas dotes dinámicas (considerando sus limitaciones) hasta durante 530 km. La frenada es consistente y da confianza, las lógicas inercias se hacen evidentes, pero la sensación de control predomina en todo momento en la conducción. Una vez “asumida” su condición monolítica es de justicia reconocer que el Spectre no tiene solo la apariencia de un cupé de enormes dimensiones, sino que su conducción –lejos de ser deportiva– es más estimulante y gratificante de lo que podría parecer por su señorial estampa.

El enfoque distintivo del Spectre BB, con una potencia intensa y precisión sin esfuerzo, está dirigido a clientes que exigen la más exquisita elaboración y buscan experiencias inigualables 
El enfoque distintivo del Spectre BB, con una potencia intensa y precisión sin esfuerzo, está dirigido a clientes que exigen la más exquisita elaboración y buscan experiencias inigualables 

Únicamente una posición al volante demasiado alta por la presencia del bloque de baterías bajo el piso desdibuja ligeramente la experiencia de conducir este excéntrico e inclasificable GranTurismo eléctrico de dos puertas. Eso sí, el confort a bordo y el apacible bienestar en su interior es excelso, inédito, inigualable, indescriptible. Mientras que el tacto de sus materiales nobles, sin rastro de plásticos y con una meticulosa atención por los detalles y unos fastuosos acabados, desborda calidad; el mullido grosor de sus alfombras y los majestuosos y masajeantes asientos (simplemente exquisitos) evidencian que nos encontramos en un ostentoso palacio rodante.

Y en cuanto al precio, el dato que todo el mundo espera ansioso conocer siempre que se habla de un Rolls-Royce, lo mejor es aplicar aquella máxima sobre los bienes de lujo exorbitantes atribuida al financiero JP Morgan: “Si preguntas el precio de un Rolls, es que no te lo puedes permitir”… En este caso, lo más probable es que así sea porque el Spectre más inconformista, contestatario y alternativo de la gama supera el medio millón de euros; eso sin contar personalizaciones o acabados “bespoke” o “taylor made”.