¿Cuál es tu compromiso? Un estudio desvela los 5 grupos sociales reacios a la acción climática

Encuesta en España

Cuanto más conservadores y con un menor estatus socio-económico, menos se apuesta por la transición ecológica

04/03/ 2017 La Gran Vía es una de las principales calles de Madrid (España). Comienza en la calle de Alcalá y termina en la plaza de España. Es un importante hito en la ciudad desde su construcción a principios de siglo XX visto desde el punto de vista comercial, turístico y de ocio.

 La Gran Vía es una de las principales calles de Madrid (España). 

DANI DUCH

La sociedad española muestra una profunda conciencia climática. Ocho 8 de cada 10 personas se muestran interesadas en esta cuestión. Se trata de una percepción transversal. En España el negacionismo climático es marginal. Sin embargo, el estatus socioeconómico incide en la percepción del problema del cambio climático. Y cinco grupos sociales se muestran especialmente reacios a pasar a la acción; o al menos demuestran poca motivación para hacerlo. Así lo pone de manifiesto las conclusiones de una encuesta encargada por la Fundación Friedrich Ebert a SINUS-Institut elaborado para conocer las percepciones sobre las transformaciones socio-ecológicas y calibrar el apoyo.

Los grupos de mayor estatus social y valores más progresistas son los que tienen un mayor interés por la cuestión del cambio climático.

Por el contrario, los grupos sociales de menor estatus social están menos interesados en estas cuestiones.

Y cuanto más conservadores y con un menor estatus socioeconómico, menos apuestan por la transición ecológica

Los grupos de mayor estatus social y valores más progresistas son los que tienen un mayor interés por el cambio climático

Por este orden, el mayor grado de interés en la acción climática la expresan los grupos Intelectuales, los Progresistas realistas, los Performativos (motivados por la acción y beligerantes contra el negacionismo) y los Cosmopolitas vanguardistas (también por encima de la media en cuanto a actitud frente al cambio climático). Una posición intermedia la ocupan los Establecidos, conservadores con conciencia climática y disposición a cambiar de hábitos.

Y, finalmente, se identifican  cinco grupos menos preocupados ante la crisis climática y más reacios a las políticas de transición ecológica. Son los Tradicionales, poco favorables a que se actúe frente al cambio climático; los Navegantes adaptativos, abiertos al progreso pero con reticencias notorias ante los problemas ambientales y del clima; los Orientados a las sensaciones, los que creen que primero otros deben dar el primer paso, que la tecnología lo arreglará todo y que la protección ambiental perjudica la economía; la Corriente mayoritaria convencional, reacios a cambiar la forma de vida para proteger el medio ambiente y muy reactivos a que se les diga “cómo deben vivir”; y los Consumidores-Materialistas, los más temerosos de que la protección climática perjudique el empleo.

La encuesta se llevó a cabo en 19 países de Europa y Norteamérica y tuvo una muestra representativa de al menos 1.200 personas por país. “La preocupación ambiental es transversal, va más allá del eje derecha-izquierda y tiene que ver más con los modos de vida, aunque en ellos hay un componente social e ideológico”, resume Cristina Monge, politóloga, una de las coordinadora del trabajo, junto con Francesc García Donet.

El 51% de los encuestados dice que es prioritario centrar los esfuerzos en las consecuencias, en la adaptación

La encuesta deja claro que, aunque hay un consenso generalizado sobre la importancia del impacto que tiene el cambio climático sobre España (mayor incluso que la media de los países encuestados), también se relativiza el problema.

De hecho, la mitad de los encuestados considera que hay otros problemas más importantes, una opinión en la que influyen sin duda las dificultades económicas de gran parte de la población.

La impresión extendida es que la lucha contra el cambio climático es necesaria, pero tal vez demasiado cara. Esa opinión se expresa en otro dato: el 51% de los encuestados apuestan por centrar los esfuerzos en las consecuencias del cambio climático más que en luchar contra éste.

Una amplia mayoría pide una transición justa

Una amplia mayoría de la población española (el 87%) cree que todas las personas deberían cambiar de forma de vida para hacerla más respetuosa con el medio ambiente; pero pone condiciones, como que se dé forma generalizada en la sociedad y, sobre todo, que sea una transición justa, para que no haya perdedores entre los más vulnerables. El 90% se manifiesta a favor de que las personas con bajos ingresos reciban apoyo financiero si los costes de energía o transporte aumentan el coste de proteger el clima.

Se reclama una aceleración de la transición ecológica a todos los niveles, pero también se exige equidad en esa transformación. Mayoritariamente, no se percibe que, hasta ahora, las políticas ambientales hayan sido equitativas.

Más de dos tercios de los encuestados no aceptan que se les diga cómo deben vivir

Existe además un rechazo considerable, de más de dos tercios de los encuestados, a que alguien les diga “cómo deben vivir”, que se prefiere el convencimiento frente a la imposición.

Cerca de la mitad de los encuestados (43%) comparte la opinión de que “hacer frente al cambio climático es perjudicial para la economía". Y prácticamente la mitad de los participantes en la encuesta (el 49%) piensa que preservar los puestos de trabajo es más importante que la protección climática. 

El 89% de los encuestados cree que, ante el futuro, una política coherente de protección del medio ambiente tendrá un impacto positivo sobre la competitividad de la economía. Esto contrasta con los prejuicios existentes acerca de infundados efectos negativos de la transición ecológica sobre la actividad económica.

Mientras tanto, también el 89% se muestra a favor de dar apoyo a las empresas a transformar su actividad para hacerla favorable a la protección del clima. 

“Las políticas de transición consistentes en ayudas y estímulos son muy bien acogidas; en cambio una mayor fiscalidad o mayores costes tienen más resistencias en sectores con menos capacidad económica o con más resistencia al cambio cultural”, dice Monge. 

El apoyo financiero público a la transición ecológica no es percibido en su justa medida por la población, concluyen los autores del trabajo.

Más de dos tercios cree que el Gobierno y las empresas está haciendo demasiado poco para enfrentarse al cambio climático

Así, los datos de encuesta denotan que la ciudadanía española no percibe una acción suficiente del gobierno para impulsar es transición. El 72% opina que el Gobierno está haciendo demasiado poco para enfrentarse al cambio climático y en la misma proporción opina sobre las empresas, que “en España deben mejorar mucho la forma como transmiten su compromiso con la protección del clima y el medio ambiente”.

Centrar los esfuerzos pedagógicos en tres sectores

Al evaluar las posibilidades de éxito comunicativo en torno a la acción climática, los autores del informe sostienen que no resulta demasiado interesante centrar los mensajes en los grupos más conservadores (etiquetados como Tradicionales o Establecidos), por su resistencia de partida a cambiar sus puntos de vista en lo relacionado con la transición ecológica. Y tampoco hace falta actuar ante los grupos más progresistas y de mayor estatus (Intelectuales, Performativos favorables a la acción, Progresistas realistas y Cosmopolitas vanguardistas), por estar ya bastante convencidos sobre la necesidad de impulsarla.

Por otra parte, no llega a la mitad (se queda en un 46%) el porcentaje de quienes dicen sentirse informados sobre las medidas que debe aplicar la economía para ser respetuosa con el clima, un nivel de información menor que la media de los países encuestados. Por tanto, se juzga conveniente mejorar la forma de comunicar estas medidas, ya que la mayoría de la población se muestra insatisfecha con la forma como éstas se transmiten.

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