La falta de ratificación del Tratado del Océano pone en riesgo las áreas marinas protegidas

Biodiversidad

Sara Aagesen, ministra para la Transición Ecológica, urge por carta a más de 140 países a que confirmen su adhesión al  pacto mundial para proteger la biodiversidad de los mares y acelerar su entrada en vigor

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La ministra para la Transiciço Ecológica, Sara Aagesen, junto a Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, y Eva Saldaña, directora de Greenpeace

EFE

Las anheladas áreas marinas protegidas (AMP) en alta mar, una de las previsiones relevantes que contiene el Tratado Mundial del Océano (firmado en 2023) corren el riesgo de ser un mero deseo que quede en agua de borrajas si los países no ratifican este acuerdo internacional. El Tratado del Océano sólo han sido ratificado por 21 países, mientras que su entrada en vigor requiere 60 adhesiones. 

En este contexto, la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, ha escrito cartas dirigidas a más de 140 ministros de los cuatro continentes en las urge a que ratifican este acuerdo internacional. 

La ministra juzga de “suma importancia” que esa ratificación se produzca antes de la Conferencia de los Océanos que se celebrará en Niza en junio organizada por la ONU.

Sara Aagesen argumenta que “el mundo natural depende de ecosistemas marinos saludables, y estoy segura que usted comparte mi preocupación por aquellas comunidades cuyos medios de vida dependen”. 

La ratificación de este acuerdo representa una oportunidad para fortalecer la agenda medioambiental y el multilateralistmo”

Sara AagesenMinistera para la Transició Ecológica

Asimismo, invoca las “advertencias de la comunidad científica que aún explora la riqueza de nuestro capital natural submarino”, así como “nuestro compromiso con las generaciones presentes y futuras” y “la estabilidad climática de nuestro planeta en su conjunto”.

España ha sido uno de los primeros países en ratificar el llamado Tratado sobre Diversidad Biológica Marina en Áreas fuera de la Jurisdicción Nacional.

“Esta ratificación contribuiría de manera significativa al esfuerzo global por proteger nuestros océanos y garantizar el uso sostenible de los recursos marinos”, añade la ministra en su carta. “La ratificación de este acuerdo representa una oportunidad excepcional para fortalecer nuestro compromiso global con la agenda medioambiental y el multilateralistmo“”.

El retraso en su ratificación evidencia que “muchos países no dan la debida prioridad a la conservación y protección de los océanos”, señala Rémi Parmentier, coordinador de la iniciativa Lets Be Nice to the Ocean, que reúne a 110 organizaciones que buscan en la conferencia de Niza aumentar la ambición. “Es frustrante que después de tantos años de esfuerzos para ser adoptado, este tratado esté atascado”, añade.

Un instrumento clave para designar y hacer respetar las áreas marinas protegidas

El Tratado -que regula protección de los mares más allá de la franja de las 200 millas- es instrumento jurídico clave para designar y hacer respetar las áreas marinas protegidas.

Se trata, por ejemplo, de evitar situaciones anómalas o indeseables como las que pueden producirse si un grupo de países acuerda proteger un espacio marino cercano a su litoral y otra nación (China o cualquiera otra...) decida boicotearlo o vetarlo de manera activa. 

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El Tratado exige también que empresas, instituciones o países compartan los beneficios de la explotación de los recursos genéticos del mar (medicina, ciencia...) y que se refuerce la colaboración (conocimiento, capacitación...) con las naciones en vías de desarrollo. 

El tratado es un medio para alcanzar el objetivo central del Convenio de Biodiversidad, que marca como meta proteger el 30% de los océanos en 2030. “Pero este concepto debe ser redefinido si luego los países crean áreas protegidas donde se autoriza la pesca de arrastre...”, se lamenta Rémi Parmentier.

Francia y Costa Rica presidirán la conferencia

La previsión es que antes de la cumbre de Niza el tratado lo ratifiquen 56 ó 57 países, con lo cual faltarían unos pocos países para lograr que entre en vigor. “Confiamos en que quizás Niza pueda servir para obtener al final ese resultado“, señalaron fuentes diplomáticas en un reciente encuentro de presentación de esta conferencia, que tendrá lugar entre el 9 y el 12 de junio en Paris con presidencia de Francia y Costa Rica.

”El tratado recoge la necesidad de proteger el 30% del océano, pero la sociedad civil quiere ir más allá. La iniciativa Let's be Nice to the Ocean busca un objetivo más ambicioso, como es aplicar el principio de protección de todo el océano y no solo del 30% para que la protección sea la norma y no la excepción“, declaró Romain Trouble, director general de la Fundación Tara.

Debemos aplicar el principio de protección. Nos preocupa saber qué pasará con el 70% restante del océano que no se protege

Rémi ParmentierPromotor de la iniciativa Let's be Nice to the Ocean

”Debemos aplicar el principio de protección. Se trata de elevar la ambición del tratado, avanzar en Niza para evitar que autócratas y populistas no digan que en estas cumbres siempre son lo mismo. Nos preocupa saber qué pasará con el 70% restante del océano que no se protege, así que no se trata de proteger más zonas sino de que las industrias extractivas demuestren que no causan daños ambientales“, explicó Rémi Parmentier.

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Conferencia celebrada en la embajada  de Francia

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En este encuentro se habló mucho también de cómo las actuales áreas marinas protegidas no lo están realmente muchas veces , porque se sigue haciendo pesca de arrastre, también en España y en Francia.

Trouble y Parmentier consideran que Niza ”es una oportunidad para poner en valor el multilateralismo“” en un momento en el que éste está en crisis por las políticas de Trump y para ello demandan la presencia de muchos jefes de Estado.

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