Cerezas dobles y deformes: un fenómeno que llega al mercado y tiene explicación científica
Naturaleza curiosa
El cambio climático y la sequía pueden incrementar las alteraciones en una de las frutas más apreciadas
Muestra de cerezas dobles (o gemelas) y con deformaciones, a la venta a principios de junio de este año en la comarca del Vallès Oriental.
La temporada de cerezas llega a su punto álgido en buena parte de nuestro país a mediados de junio. Tiendas, mercados y supermercados ofrecen estas semanas una gran cantidad y variedad de la que para muchos es la fruta más apreciada de finales de primavera y principios de verano.
En algunos casos, las cerezas recolectadas y puestas a la venta incluyen ejemplares que se salen de la habitual forma ovoide o esférica del fruto de estas especies arbóreas del género prunus. Se trata de unidades de cuerpo doble, estructura irregular o deformaciones morfológicas que llaman la atención y en algunos caso provocan el rechazo comercial; factores que reducen el precio en el mercado y la comercialización, aunque el sabor y textura de estas variantes las comparable a las de forma más común.
“Cerezas muy raras, tiene alguna explicación científica”, consulta con curiosidad a Guayana Guardian una consumidora de estos productos de aspecto no habitual, acompañando fotografías de algunos de ejemplares irregulares.
Cerezas con duplicidad y alteración de la forma, ejemplares seleccionados de entre una compra de dos kilogramos.
Para muchos consumidores, la existencia de estas curiosas piezas de fruta resulta una novedad, es decir, que para ellos es la primera vez que se encuentran estas cerezas alteradas en el mercado. Esta falta de antecedentes conocidos para algunos consumidores se puede deber al hecho que, en la actual dinámica del mercado, se excluye de la venta muchos de estos productos precisamente por salirse de la norma. Así, aunque estas cerezas irregulares existan temporada tras temporada no son conocidas por la mayoría de consumidores debido a que no las llegan a ver en los establecimientos (lo que no deja de ser otra modalidad del derroche alimentario generado por el actual proceso de comercialización, porque muchas de estas cerezas acaban descartadas, en la basura).
Para los expertos en el estudio y cultivo de estas frutas, sin embargo, la existencia de cerezas dobles (gemelas) y deformes es un hecho conocido y con explicación científica.
Estrés térmico y cambio climático
José Miguel Peris, investigador del programa de Fructicultura de l’IRTA (Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries, empresa pública adscrita al Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació de la Generalitat de Catalunya), explica que la formación de cerezas gemelas o deformes, “es una problemática conocida desde hace mucho tiempo, y técnicamente es un fenómeno que depende principalmente de las condiciones de estrés térmico durante el verano de la campaña anterior a la de la cosecha”. En este sentido, además de otros trabajos, un equipo de investigadores del IRTA publicó en 2009 un artículo científico en la revista Journal of Horticultural Science and Biotehcnology en el que se presentaban los resultados de un estudio titulado “Influencia del riego deficitario poscosecha y el aclareo previo a la cosecha en la firmeza y la calidad del fruto de la cereza dulce”.
Uno de los trabajos internacionales más recientes sobre este fenómeno fue elaborado en 2023 (con actualización de 2024) por el profesor Richard Bastías, de la Universidad de Concepción (Chile) junto a Constanza Meza e Ignacio E. Urra, de l Laboratorio de Fruticultura y Centro Fruticultura Sur (Chile).
Detalle de cerezas con malformaciones del tipo fruto doble proveniente de flores con 2 pistilos (A), un pistilo atrofiado (B) en cerezas Bing y con sutura profunda en cerezas Lapins (C).
José Miguel Peris indica que, “con el cambio climático es posible que haya más incidencia y, en este sentido existe algún estudio realizado en Chile [citado en el parágrafo anterior] que menciona esta posibilidad; aunque en Catalunya no tenemos constancia de que que haya ningún trabajo que lo documente”.
“En cuanto a que algunos consumidores hayan visto más en el mercado y hayan enviado fotos, me parece que la explicación está en que este año hay una oferta más limitada de cereza de calidad (al menos hasta este momento de la campaña) y consecuentemente también un precio elevado del producto y por tanto, llegan al mercado cerezas de menor calidad y con defectos. Esto no significa necesariamente que la incidencia en campo de estos defectos sea superior [en la presente temporada]”, destaca el José Miguel Peris.
Joan Girona, delegado institucional del IRTA en Terres de Lleida i Pirineus, explica que “tanto el problema de las gemelas como el de los frutos de pequeño tamaño y otras malformaciones que pueden aparecer en cerezas y, en general, en todos los prunus tienen su origen en la fase de diferenciación floral que se produce en nuestra región sobre los meses de agosto y septiembre”.
Para explicarlo de forma quizá más clara, “la diferenciación floral es el momento en que el yema, que al año siguiente será flor y que ha crecido básicamente en mayo, empieza a crecer y los órganos florales pueden empezar a diferenciarse”, expone Joan Girona.
“El problema es básicamente de estado hídrico, falta de agua y también reservas de la planta. Si en ese momento de crecimiento de las diferentes partes de una flor, la planta está sometida a un déficit hídrico, estas partes crecerán de forma anómala, al igual que el árbol no tiene suficientes reservas, carbohidratos. Por tanto, aunque la cereza se pueda cosechar en mayo o junio, es importante que durante el verano no se estrese mucho la planta, y sobre todo en este período de agosto-septiembre pueda tener un estado hídrico que permita este crecimiento normal”, detalla este representante del IRTA.
Richard Bastías (universidad de Concepción, Chile) destaca en el resumen de la investigación citada que, “dada la situación actual de cambio climático, que conlleva a condiciones de mayor estrés por altas temperaturas o de escasez de agua, este fenómeno resulta relevante para los productores de cerezas”. Una problemática que también es importante para el conjunto de sector hortofrutícola y los consumidores en general.