Cantabria vivió este martes 24 de junio dos extremos climáticos en apenas unas horas: de un calor extenuante a una tormenta con miles de rayos —no es una hipérbole— y descargas de agua. Durante el día, la capital cántabra registró una temperatura máxima de 36,8º, por 35,4º en Torrelavega. Las previsiones del día no anunciaban puntas de calor tan extremo. En registros recientes, las temperaturas máximas en la región se habían tomado en la estación meteorológica del aeropuerto de Seve Ballesteros: 41º en agosto de 2023 y 37,8º en junio de 2009.
Por la tarde, el registro regional cambió. La llegada del viento sur —un componente muy particular del microclima cántabro— generó una alerta naranja por tormentas en el interior de la región. Y el pronóstico no falló: según la Aemet, Cantabria registró 2.252 rayos durante la tormenta, con 490 de ellos tocando tierra.
En cuanto a lluvias, en varios puntos del extremo oriental se registraron precipitaciones notables. En Castro Urdiales la estación de medición de la Aemet contabilizó este martes 22,7 litros por metro cuadrado, seguido por los 20,2 de Ramales de la Victoria y los 20,1 de Alto Campoo.
De cara a este sábado, Aemet Cantabria señala que, aunque no se cumplirán los criterios para decretarla en la región, las máximas en el interior de la provincia alcanzarán los 34º, mientras que en la costa se moverán entre 25º y 30º.