Trabajo precario y falta de relevo generacional lastran los grupos conservacionistas catalanes

Informe

El 64% de las entidades profesionalizadas declara tener problemas de tesorería

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Voluntarios en el Montseny, en una foto de archivo

LV

Escasa profesionalización, precariedad laboral y falta relevo generacional son los principales lastres que condicionan la actividad de las organizaciones conservacionistas de Catalunya. Pese a la importante tarea que llevan a cabo, un estudio elaborado per la Xarxa per a la Conservació de la Natura (con participación de 68 entidades) pone de manifiesto ahora las enormes dificultades en las que deben desarrollar sus cometidos.

El sector de las oenegés ambientalistas tiene grandes dificultades para su consolidación en Catalunya. El 40% de ellas no cuenta con ninguna persona asalariada. Y, entre las entidades que sí disponen de personal remunerado, las condiciones están lejos de ser justas. La media salarial anual es de sólo 22.103 brutos brutos, muy por debajo de lo que correspondería “por las responsabilidades y la formación del personal”. Tres cada diez entidades reconocen que sus trabajadoras hacen horas extras que no se compensan ni se remuneran.

Problemas de tesorería

El 64% de las entidades profesionalizadas declara tener problemas de tesorería, un dato alarmante que refleja su inestabilidad económica. El motivo principal es una fuerte dependencia de subvenciones públicas, muchas de las cuales llegan tarde, son para proyectos muy puntuales o no cubren gastos básicos. 

La diversificación de la financiación ha ido creciendo, y cada vez hay un mayor reparto equitativo en la obtención de fondos público y privados. Además, las entidades sin personal contratado tienen grandes dificultades para acceder a la financiación pública. El resultado es que quien no tiene recursos, tampoco tiene capacidad para buscarlos, dice el informe.

Voluntarios, pieza clave

Cerca del 80% de las entidades utilizan el voluntariado como herramienta clave para desarrollar sus actividades. Hay personas que dedican más de 15 horas semanales. Pero un 39% de entidades reconocen que estos voluntarios realizan tareas que deberían ser remuneradas. 

El voluntariado es esencial, pero “no puede suplir estructuralmente la falta de contrataciones”, se añade. “Cuando la base del sector es la gratuidad, se está poniendo en riesgo su continuidad y eficacia de su acción”.

Otro dato relevantes es que sólo un 11% de las personas socias de las entidades tiene menos de 30 años, lo cual pone en evidencia “la falta de juventud implicada y las dificultades para garantizar el relevo generacional dentro de las organizaciones. El envejecimiento de la base social “puede comprometer la continuidad de muchos proyectos”, dice el informe.

Estos grupos realizan una labor complementaria, pero a menudo sustitutoria de la administración pública. “Pero siguen sin tener el acompañamiento ni los recursos suficientes”.

Para revertir esta situación, el informe propone incrementar el número de entidades profesionalizadas con contrataciones estables, reducir la dependencia de la financiación pública y fomentar el apoyo privado, impulsar campañas para la captación de socios, garantizar unas condiciones laborales dignas.

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