Australia declara la alarma por una alga tóxica que ha matado a miles de animales marinos

Medio ambiente

El vegetal subacuático es venenoso y se expande por el litoral sur causando una catástrofe ambiental sin precedentes

Una mujer saca foto de las algas y de sus estragos en una playa australiana

Una mujer saca foto de las algas y de sus estragos en una playa australiana

Tracey Nearmy

Las aguas de la costa sur de Australia, habitualmente conocidas por su riqueza ecológica, se han convertido en un escenario desolador. Miles de cuerpos sin vida de tiburones, rayas, cangrejos y peces flotan o acaban varados en playas protegidas, víctimas de una alga tóxica cuya expansión ha encendido todas las alarmas medioambientales en el país.

El fenómeno, provocado por la proliferación de la microalga Karenia mikimotoi, ha sido calificado por las autoridades de Australia Meridional como una “catástrofe natural”. Desde marzo, esta alga ha colonizado al menos 4.400 kilómetros cuadrados de mar, afectando tramos clave del litoral como la Isla Canguro, la península Yorke o la península Fleurieu, lugares emblemáticos tanto por su biodiversidad como por ser un polo turístico del país.

“Este es un evento sin precedentes. Nunca hemos visto una proliferación de algas de este tamaño en la historia de nuestro país”, aseguró este martes el jefe del gobierno regional, Peter Malinauskas, en declaraciones al canal público ABC. El mandatario subrayó que, aunque la floración es un proceso natural, su impacto es devastador y su duración incierta: podría extenderse durante semanas o incluso meses.

La Karenia mikimotoi no supone un riesgo para las personas, pero sí es letal para la vida marina: daña las branquias de los peces y absorbe el oxígeno del agua, lo que genera zonas muertas donde la fauna no puede sobrevivir. Según datos del colectivo científico iNaturalist, la alga ha matado ya a más de 13.800 animales marinos de casi 400 especies diferentes.

Situación extrema

El Gobierno federal anuncia un fondo de asistencia de 14 millones de dólares australianos

La gravedad de la situación ha llevado al Gobierno federal a anunciar un fondo de asistencia de 14 millones de dólares australianos (unos 7,8 millones de euros), destinados a labores de limpieza, mitigación e investigación científica. “Hay que entender este fenómeno como parte de un patrón mayor que incluye el aumento de las temperaturas del agua y las inundaciones”, explicó el primer ministro Anthony Albanese, quien vinculó directamente el desastre con los efectos del cambio climático.

Peces muertos por efecto del alga, en una de las playas de Adelaida

Peces muertos por efecto del alga, en una de las playas de Adelaida

Tracey Nearmy

Sin embargo, la respuesta del Ejecutivo central ha sido considerada insuficiente por la oposición. La senadora del Partido Verde Sarah Hanson-Young ha exigido que se declare el estado de “catástrofe ambiental”, una medida reservada habitualmente para ciclones, inundaciones o incendios forestales y que implicaría mayores recursos y acciones coordinadas a nivel nacional.

“Al cambio climático no le importa la burocracia, seguirá causando estragos en nuestro medio ambiente y nuestras comunidades hasta que lo tomemos en serio”, denunció la senadora a través de sus redes sociales.

Mientras tanto, científicos, pescadores y comunidades costeras observan con preocupación cómo las aguas del sur australiano se vuelven cada vez más inhóspitas. Las imágenes de playas cubiertas de cadáveres marinos son ya un símbolo de la emergencia ecológica que enfrenta uno de los países más vulnerables en la lucha global contra el calentamiento del planeta.

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