La contaminación lumínica hace que los pájaros de todo el mundo canten casi una hora más al día
Nuevo estudio
En comparación con las zonas oscuras, las aves en áreas con luz artificial inician sus gorjeos 18 minutos antes en el amanecer y los cesan 32 minutos después al atardecer
Los investigadores han analizado registros acústicos de más de 500 especies de aves diurnas recopilados gracias al a red ciudadana BirdWeather
La contaminación lumínica está provocando que la aves de todo el mundo canten durante más tiempo cada día. Un equipo internacional de investigadores ha constatado que, en paisajes con más luz artificial, las aves comienzan a cantar 18 minutos antes al amanecer y dejan de hacerlo 32 minutos después al atardecer que en zonas oscuras. Es decir, que la contaminación lumínica hace que prolonguen sus vocalizaciones un promedio de 50 minutos.
El estudio, promovido por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) y publicado en su revista Science, se basa en más de 60 millones de registros acústicos de 583 especies de aves diurnas en todo el mundo recopilados gracias a la red ciudadana BirdWeather, que utiliza sensores y algoritmos de reconocimiento de trinos.
Las aves expuestas a más luz alargan una media hora sus trinos al atardecer respecto a las que viven en zonas oscuras. En la imagen, estorninos en Tarragona
Los autores -los científicos Neil Gilbert y Brent S. Pease- analizaron 2,6 millones de observaciones de cantos de aves matutinos y 1,8 millones de observaciones de cantos vespertinos y observaron que el efecto de la contaminación lumínica en los patrones de actividad es más acusado en los pájaros que están más expuestos a la luz, como especies con ojos grandes, nidos abiertos o hábitos migratorios.
También destacan en su artículo que la época en que la contaminación lumínica altera más a las aves es en la temporada reproductiva, en la que los pájaros ya adelantan de manera natural su actividad.
La ampliación de la actividad vocal afecta a todas las aves y en todo el mundo
”Ya se había visto en estudios pioneros del año 2010 que, en alguna especie paseriforme, los jóvenes de zonas iluminadas comenzaban a cantar antes para atraer a las hembras, con lo que tienen más acceso a la reproducción y más descendencia que los pájaros jóvenes de áreas con menos contaminación lumínica, que crían menos; pero la aportación de este artículo es que, basándose en los datos de ciencia ciudadana, los investigadores han visto que esa ampliación de la actividad vocal afecta a todas las aves y en todo el mundo”, explica Airam Rodríguez, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales-CSIC que también ha trabajado sobre las consecuencias de la contaminación lumínica sobre determinadas especies de aves.
Rodríguez apunta que lo que no analiza en profundidad el estudio publicado en Science es el impacto que tiene sobre la vida de las aves el alargar diariamente el tiempo de gorjeo. Los autores sugieren que la pérdida de tiempo de descanso puede suponer un coste energético importante para los pájaros, similar al déficit de sueño que se ha descrito en humanos y otros animales.
La actividad reproductiva y la muda de los mirlos se ve afectada por la contaminación lumínica, según algunos estudios
El artículo resalta que las alteraciones provocadas por la contaminación lumínica pueden tener consecuencias tanto negativas (en términos de estrés, menor supervivencia o fecundidad) como potencialmente positivas (más tiempo de alimentación o mayor éxito reproductivo), por lo que los científicos creen necesario investigar más a fondo los efectos para la salud y la conservación de las poblaciones de aves.
Otros estudios sobre especies concretas han puesto de manifiesto algunos de ellos. En el caso del herrerillo común (Cyanistes caeruleus), se ha comprobado que los que viven en zonas urbanas reducen a la mitad el tiempo de sueño durante la nidificación. En el carbonero común (Parus major), la exposición a luz artificial nocturna adelanta la puesta de huevos, y en los mirlos (Turdus merula) se adelanta el desarrollo reproductivo y la muda hasta un mes en comparación con los expuestos a oscuridad.
Más mortalidad en aves migrantes
Rodríguez, por su parte, cree que el impacto más grave que tienen la contaminación lumínica sobre las aves es que dispara la mortalidad en las que migran por la noche, sobre todo de patos y aves marinas como la pardela.
“Los pájaros migrantes vuelan por la noche, se sienten atraídos por las zonas iluminadas, que son menos amigables para ellos, y además se deslumbran y chocan contra farolas, edificios, árboles, antenas o el suelo”, explica el investigador del CSIC.
Muchos pollos de pardela cenicienta chocan, caen o mueren durante su primer vuelo porque se deslumbran con las luces
Y pone como ejemplo los más de 3.500 pollos de pardela que recogen y rescatan en Tenerife entre finales de octubre y principios de noviembre, en los 15 días que en que las crías inician su vuelo hacia el mar.
“Los pollitos inician ese primer vuelo sin cuidado parental y por la noche, se deslumbran con las luces y vuelan sobre zonas iluminadas hasta que impactan contra una antena, un edificio o el suelo; y una vez caen, pueden quedar malheridos, morir por el impacto o acabar atropellados por un coche o siendo víctimas de alguna especie depredadora”, detalla Rodríguez. E indica que los 3.500 pollos de pardela rescatados son solo el 60% de los que caen en Tenerife, porque los ciudadanos solo avisan de los que encuentran vivos.