La sequía en Irak revela cuarenta tumbas antiguas en un embalse de Mosul

El agua se retira, habla la tierra

El hallazgo arqueológico llega en medio de la peor sequía en más de 90 años en Irak, mientras el país figura entre los países más vulnerables al cambio climático

La sequía en Irak revela cuarenta tumbas antiguas en un embalse de Mosul
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La sequía en Irak revela cuarenta tumbas antiguas en un embalse de Mosul 

AP/LaPresse

Cuando las aguas retroceden, pocas veces traen buenas noticias. Y es que el retroceso de las aguas que se pueden ver en las imágenes que preceden a este texto, ha dejado al descubierto no solo la fragilidad de nuestro presente, sino también huellas antiguas que permanecían ocultas. En Irak, bajo la presa de Mosul, la falta de agua ha revelado un cementerio helenístico de hace 2.300 años. 

Un equipo de arqueólogos del Departamento de Antigüedades y Patrimonio de Duhok trabaja contrarreloj tras el hallazgo de unas 40 tumbas datadas en esa época. Los ataúdes de arcilla, alineados en una misma dirección, han aparecido en una zona que durante décadas estuvo sumergida por la construcción de la presa.

Esta es la tercera vez que el nivel del agua baja, pero esta vez ha bajado más que nunca”

Maso Haji HassoProfesor en la aldea de Khanke en Dohuk

Las excavaciones comenzaron hace unos diez días y el equipo dedica jornadas de 12 horas para preservar los hallazgos. La urgencia es clara: trasladar las tumbas al Museo de Dohuk antes de que el nivel del agua vuelva a subir. Entre los restos, dañados en muchos casos por la presión del agua, se han encontrado objetos de bronce y brazaletes. “Algunas tumbas contienen solo unos pocos huesos, pero otras conservan pertenencias de los difuntos”, explica el arqueólogo Nazim Zebari.

La revelación de este pasado coincide con un presente marcado por la crisis hídrica. La escasez golpea a agricultores y pescadores, y la falta de agua potable se agrava. “Esta es la tercera vez que el nivel del agua baja, pero esta vez ha bajado más que nunca, de tal manera que han resurgido lugares y pueblos antiguos, entre otras cosas”, señala el profesor local Maso Haji Hasso.

Según las Naciones Unidas

Irak es uno de los cinco países más vulnerables a los efectos del cambio climático y la desertificación

Irak, uno de los países más vulnerables al cambio climático según la ONU, sufre la reducción de precipitaciones y del caudal de los ríos Tigris y Éufrates, además de las decisiones de países río arriba. Este ha sido, de hecho, el año más seco en más de nueve décadas y causa de ello se debe a la disminución de las precipitaciones como consecuencia de la crisis climática.

El agua, al retirarse, no solo deja al descubierto restos arqueológicos. También muestra, como un espejo, las consecuencias de nuestras propias acciones. Igual que estas tumbas emergen del pasado, nuestros errores frente al medio ambiente terminan siempre por salir a la superficie.

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